Otra vez el Poder Judicial en la mira
Cabe esperar total celeridad para despejar los casos que afectan a dos ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago por sus vínculos con Luis Hermosilla. Por la gravedad de los hechos, incluso cabe preguntarse si sería pertinente una auditoría a las causas en que Hermosilla tenía interés, examinando por ejemplo si pudo haber intervenido mediante el nombramiento de jueces.
La Corte Suprema determinó abrir un cuaderno de remoción en contra de la ministra de la Corte de Apelaciones de Santiago, Verónica Sabaj, además de determinar la suspensión inmediata de sus funciones, a raíz de una publicación del medio The Clinic en que quedaron al descubierto los impropios vínculos que la magistrada mantenía con el abogado Luis Hermosilla, hoy en prisión preventiva y protagonista principal del llamado Caso Audio.
La citada publicación recoge una serie de chats en que no solo se da cuenta de cómo Hermosilla -entonces abogado del Ministerio del Interior- hizo gestiones al más alto nivel para influir en la nominación de Sabaj como ministra de la Corte -lo que tuvo éxito, al ser designada por el ex presidente Sebastián Piñera bajo su segundo mandato-, sino también cómo ella retribuyó generosamente estas gestiones, por ejemplo ayudando a Hermosilla a corregir un recurso de amparo que evitaría que el exmandatario nuevamente fuera investigado por la Fiscalía en el marco de los Pandora Papers, donde se revelaban antecedentes de la familia Piñera en relación con la venta que hizo de la participación que tenía de la minera Dominga.
El máximo tribunal también ordenó a la Corte de Apelaciones de Santiago disponer la apertura de una investigación disciplinaria respecto del ministro de dicha corte Antonio Ulloa, considerando que en la publicación ya indicada se alude a eventuales intervenciones del ministro en causas de conocimiento de dicha Corte, que de ser efectivos comprometerían la independencia del Poder Judicial. Cabe recordar que Hermosilla hizo gestiones directas para lograr la nominación de Ulloa, lo que se concretó en 2021
Este nuevo escándalo que remece al Poder Judicial ocurre apenas meses después de que la Corte Suprema determinó remover del cargo a la exministra Ángela Vivanco, también por sus impropios vínculos con Hermosilla, tanto para lograr su nominación como para favorecerlo una vez en el cargo. Vivanco fue objeto además de una acusación constitucional, en que por amplia mayoría se aprobó su destitución, a lo que cabe agregar que otros integrantes del máximo tribunal también fueron severamente cuestionados por la forma en que se relacionaron con Hermosilla.
Frente a estas nuevas revelaciones que han sacudido al Poder Judicial, y que peligrosamente ponen en entredicho la probidad e independencia que se espera de los jueces, cabe esperar que tanto la Corte Suprema como la Corte de Apelaciones actúen con el máximo de celeridad, rigor y transparencia frente a la ciudadanía para despejar todos alcances de estos casos, sobre todo cuando los comprometedores antecedentes conocidos parecen no dejar duda de que la magistrada Sabaj ha quedado irremediablemente inhabilitada para seguir ejerciendo el cargo.
Con todo, el hecho de que el máximo tribunal haya adoptado esta vez medidas inmediatas no es suficiente para aquietar las aguas. Desde luego, el país merece una explicación más acabada de por qué solo se ha actuado una vez que un medio ha publicado los chats, considerando que todos esos antecedentes constan en las transcripciones del celular de Hermosilla, que el Ministerio Público conoce desde hace mucho tiempo, y sin embargo nunca se actuó contra la ministra Sabaj. La defensa de Luis Hermosilla, a cargo de su hermano Juan Pablo, también debería explicar por qué cuando hace un par de meses dio a conocer -con gran despliegue mediático- un listado de jueces y fiscales que tenían vínculos con Hermosilla, omitió mencionar a Sabaj, lo que dudosamente podría atribuirse a un descuido.
Sin duda que frente a un caso tan inédito como lo relacionado al “Caso Audio”, es difícil encontrar precedentes de cómo actuar, pero por lo mismo cabe preguntarse si no ameritaría que, además de las medidas disciplinarias, el Poder Judicial también podría llevar a cabo una suerte de auditoría para examinar las causas en que Hermosilla participó o tuvo interés directo y despejar, por ejemplo, si pudo haber intervenido mediante el nombramiento de jueces que integraban las salas o si eventualmente también pudo haber influido haciendo favores de vuelta. De algún modo ello podría permitir adelantarse a detectar situaciones potencialmente irregulares y de ese modo evitar el desgaste que implica enterarse de ello por medio de la revelación de nuevos chats. Aun si no se detecta nada irregular, cuando menos sería un ejercicio de transparencia y proactividad importante, algo fundamental cuando el Poder Judicial ya registra un muy bajo nivel de confianza ciudadana.
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