SEÑOR DIRECTOR:
El Banco Central volvió a advertir respecto de los negativos efectos de un posible nuevo retiro desde los fondos previsionales. Todo un desastre para la economía.
En primer lugar, es obvio que se verían disminuidas las cuentas de ahorro personal para la vejez, lo que constituye un aspecto central del sistema de pensiones, y que en realidad debe moverse hacia el lado contrario al de los retiros, esto es, aumentar los ahorros individuales. Pero no es lo único que volveríamos a sufrir, ya que los efectos negativos volverían a materializarse nuevamente en diversas variables macroeconómicas. En efecto, mayor demanda interna insostenible que derivaría en una mayor inflación, cuando aún no podemos volver a la meta de la autoridad; mayor incertidumbre y efecto en una nueva pérdida de nuestra moneda (con un efecto inflacionario adicional); pérdida de profundidad del mercado de capitales, mayores tasas de interés, menor plazo de préstamos, lo que redunda en una mayor dificultad para obtener créditos de largo plazo; y un largo etcétera.
A estas alturas, con las costosísimas lecciones a las que nos llevaron políticas irresponsables al desoír las advertencias técnicas -y cuyos efectos negativos nos seguirán acompañando por largo tiempo-, resulta incomprensible pretender responsabilizar a factores externos como los principales causantes del deterioro interno, tratando con ello de exculpar las pésimas decisiones que se tomaron en el pasado. Lo único más descabellado es volver a caer en lo mismo.
Félix Berríos Theoduloz
Economista
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