Para el formal el garrote, para el informal vista gorda

SEÑOR DIRECTOR:

Para quienes trabajamos con emprendedores y en el ecosistema empresarial en general, uno de los mayores desafíos es explicar por qué y para qué es necesaria la formalización. No es una tarea fácil, ya que la imagen que predomina es la de mayores costos, más burocracia, trabas constantes y, lo que es más preocupante, una fiscalización más estricta.

En este contexto, el reciente posteo en RR.SS. de la Seremi de Salud Metropolitana sobre la fiscalización a una cadena de donuts recientemente instalada en Chile, por usar un dibujo animado en su publicidad -mientras en las calles proliferan los carros de ventas de alimentos sin ninguna medida de higiene mínima, ni menos permisos o regularizaciones -, refuerza la percepción de que cumplir con la normativa no solo es costoso, sino que también convierte a las empresas formales en el blanco principal de las inspecciones. Para el formal el garrote, para el informal, vista gorda.

Y el público se está dando cuenta. La noticia de la Seremi no sacó aplausos, sino que provocó indignación en las redes sociales, porque el desbalance es evidente. Calles sucias, desperdicios en todas partes, no pago de impuestos y el mal uso del espacio público, es un panorama que ya tiene a todos cansados.

Esto no implica que no se deba fiscalizar a las empresas formales ni exigir el cumplimiento de la ley, sino que también debe ponerse el foco en el ámbito de la informalidad que es donde se producen las mayores vulneraciones de derechos e incumplimientos normativos.

Es imperativo que las autoridades reevalúen sus estrategias de fiscalización, ampliando su alcance para incluir de manera efectiva al comercio informal. Solo así se garantizará una competencia justa y se fortalecerá la confianza en las instituciones encargadas de velar por el bienestar de todos.

José Pakomio

Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile