Parlamentarios mentirosos

Congressional session to approve a second partial withdrawal of pension savings, in Valparaiso


Por Manuel Agosin, académico FEN U. de Chile

Cuando se presentó el primer proyecto de retiro de 10% de las cuentas individuales de las AFP, sus auspiciadores anunciaron con bombos y platillos que se trataba de un proyecto por vez única. Y ahora vamos por el segundo retiro. La medida inicial era mala, la segunda es aún peor. Parece que nuestros honorables no le han tomado el peso al efecto que estas medidas van a tener sobre el ahorro previsional y sobre las pensionas futuras de las personas que han retirado dineros de sus cuentas y probablemente lo harán de nuevo, si este segundo retiro se aprueba y pasa la revisión de la ley por el Tribunal Constitucional. Y la diputada auspiciadora del segundo retiro ha hecho alarde de estar preparando un tercer proyecto de reforma constitucional para continuar con los retiros.

Está meridianamente claro que el objetivo de estos dos proyectos no es ayudar a personas que lo están pasando mal durante la pandemia, sino socavar el sistema de capitalización individual. En otras palabras, una demolición del sistema que tenemos que obligará a un regreso fundamentalmente a un sistema de reparto, sin mayor discusión y sin saber cuál será el sistema que irá a imperar eventualmente. Algunos, obviamente, han querido congraciarse con los votantes, al ser estos proyectos muy populares.

Es cierto que muchas personas están sufriendo penurias y que las ayudas del gobierno han llegado tarde y han sido insuficientes. Pero las personas más necesitadas ya sacaron todo lo que tenían en el sistema de pensiones y, por lo tanto, la mayoría de ellas no se beneficiará del segundo retiro. Y las personas que más se beneficiarán serán las de ingresos elevados que, una vez más, podrán hacer retiros sin pagar impuestos y que ya gozaron de una franquicia tributaria al contribuir a sus fondos previsionales; y lo podrán hacer una tercera vez, contribuyendo los fondos retirados a sus cuentas de ahorro previsional voluntario. De hecho, algunos autoproclamados “asesores tributarios” ya están ofreciendo sus servicios para ayudar a quien quiera volver a hacerle trampa al Estado.

No es una buena forma de hacer una reforma pensional. Los parlamentarios que promueven estas medidas también han sido rápidos en culpar al sistema de capitalización individual por los males que tiene el sistema de pensiones como un todo. Es cierto que las pensiones son bajas, pero ello no es culpa de las AFP. Ellas no les han robado nada a los aportantes. Quizás lo más beneficioso de estas malas políticas es que las personas que tenían alguna duda acerca de la propiedad de los fondos ahora podrán corregir su error. Es indudablemente cara la forma de darse cuenta de que los enemigos de la capitalización individual (“No+AFP”) los han estado engañando desde hace un buen rato.

Es hora de que nos aboquemos a la reforma de pensiones que nuestros ciudadanos necesitan y que lo hagamos con la verdad y el análisis serio, no con las mentiras que sirven al exitismo de corto plazo de quienes no trepidan en jugar con su futuro.