Participación electoral: reencantándonos con la democracia
Por María Jaraquemada, directora de Incidencia Espacio Público
El tema obligado de esta semana ha sido, con justa razón, el plebiscito del domingo. Lo inédito e histórico del proceso y el contundente resultado a favor de la nueva constitución y la convención constitucional, han sido los temas en los distintos medios, conversaciones familiares y redes sociales.
También la participación electoral, con casi un 51% del padrón y un poco más de 7.5 millones. Si bien aún nos falta más detalle que tendremos cuando el Servel libere la información, por ejemplo, para saber si la percepción que varios tenemos del recambio generacional es real o no, ya hay algunos indicios que podemos analizar.
En primer lugar, aumentamos levemente la participación desde la última elección, lo que sin duda es una buena noticia, especialmente considerando que en las municipales del 2016 participó un escuálido 36%. Si hacemos un doble click en las comunas de la Región Metropolitana, aumentó considerablemente en comunas más vulnerables –como La Pintana, con un aumento de 14 puntos, Lo Espejo, Cerro Navia y El Bosque-. Esto último es muy positivo, una gran preocupación compartida era la exclusión de los sectores vulnerables de las elecciones.
Sin embargo, por el otro lado hay varias regiones y comunas rurales que disminuyeron su participación electoral. Es difícil saber las razones, si fue el Covid, no sentirse convocados por esta decisión o motivos políticos. También cayó en comunas como Las Condes y Vitacura, dos de las cuales se impuso excepcionalmente el rechazo.
¿Cuánta influencia tuvo el Covid? Nos falta información para tener certezas, como la participación de grupos de riesgos como los adultos mayores. Sin embargo ya sabemos que en comunas altamente afectadas por la pandemia, como Puerto Montt y Punta Arenas, no fue un obstáculo e incluso ésta aumentó.
Si miramos la experiencia comparada, como señala el Laboratorio Constitucional de la UDP, a principios de mes se habían realizado 65 elecciones en el mundo, en las que en promedio, disminuyó la participación en un 2,2% respecto de sus previas elecciones.
Visto lo anterior, nuestras cifras son para mirar el vaso medio lleno. Sin embargo, hay varios desafíos pendientes con miras al 2021 donde elegiremos a todos los cargos de elección popular. Primero: garantizar el derecho humano al sufragio a todos quienes quieran ejercerlo como personas con Covid positivo, postradas o privadas de libertad que no han perdido este derecho. Segundo: que no decaiga la participación por la desconfianza en las instituciones cuyas autoridades habrá que elegir. Tercero: que el entusiasmo que se vivió el domingo se traduzca en vías efectivas de abrir la participación a grupos tradicionalmente excluidos y ciudadanía interesada, organizada o no. Este puede ser el principio del reencantamiento democrático, pero habrá que trabajar para ello.
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