Partidos políticos y la nueva Constitución
Por Elisa Walker, abogada
Este viernes se vota en el Pleno de la Convención Constitucional el nuevo informe sobre sistema político, y que incluye la propuesta de cómo regular los partidos políticos.
Sobre la misma, preocupa que la Comisión de Sistema Político haya propuesto al Pleno “la plena igualdad a independientes y organizaciones políticas” para participar en elecciones. Esta propuesta relativiza la importancia de los partidos políticos y debilita la necesaria noción de la política como una actividad colectiva. No es baladí que uno de los temas en que existió mayor consenso durante las audiencias que se realizaron en el proceso constituyente fuese el fortalecimiento de los partidos.
A través de ellos se encarna la idea de que la política es colectiva y no la suma individual de intereses. En perspectiva, los partidos políticos permiten canalizar necesidades de un grupo más amplio y diverso de personas, lo que da una mirada más comprensiva de las necesidades de las personas que habitan un país. El rol de los partidos no se agota en la promoción de ciertos temas de relevancia pública, sino que también en la formación de ciudadanos. Es decir, hay una labor cívica que es tremendamente relevante.
Desde otra mirada, la noción de la política como un ejercicio colectivo también responde al llamado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU sobre la importancia de garantizar que en todos los niveles se adopten decisiones inclusivas, participativas y representativas.
Finalmente, las situaciones vividas al principio de este proceso constituyente y conocidas por todos han dado cuenta de que no es posible catalogar a los independientes como personas libres de malas prácticas, tal como se percibió en algún momento.
No cabe duda que los partidos políticos han sido objeto de cuestionamiento estos últimos años, así como también lo han sido otras muchas instituciones relevantes del país. Y que la influencia de los aportes en dinero en las políticas promovidas por esos mismos partidos es una herida que tomará tiempo en curar. Sin embargo, no se puede responder a esto con una relativización de su importancia como base de un sistema democrático.
Aquí, la gran pregunta a resolver es cómo abordar la crisis. Las reformas legales para fortalecer la transparencia y la creación de un financiamiento público sin duda han sido una respuesta acertada para mejorar los problemas del pasado y hacer esfuerzos para reconstruir las confianzas.
El Pleno de la Convención ha contribuido enormemente a generar un documento más razonable en comparación con las propuestas que emanan desde las comisiones. Es de esperar que en este caso se opte por fortalecer la noción colectiva de la política y no atomizar lo público, evitando consagrar la igualdad entre organizaciones (partidos) políticos e independientes.
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