Patente solidaria
SEÑOR DIRECTOR
Actualmente, en el mundo, se están probando cerca de diez vacunas contra el virus SARS-CoV-2 en personas. Los expertos pronostican que la salida al mercado de dosis exitosas y seguras demorarían entre 12 y 18 meses desde el inicio de las primeras etapas de investigación. Sin embargo, no hay fecha segura; sabemos, de acuerdo a la experiencia, que la fórmula podría tardar incluso cuatro años.
En medio de esta acelerada carrera por dar con la vacuna correcta, la ONU y la OMS, en tanto, debieran proponer un plan eficiente que permita una transferencia tecnológica e inmediata entre países, por medio de una patente solidaria. Es decir, quien encuentre primero la vacuna que logre inmunizar a la población contra el coronavirus, debiera otorgar por razones humanitarias las facilidades para registrar ese tratamiento en todo país que tenga las condiciones y la infraestructura para desarrollar esa misma vacuna e iniciar así las campañas sanitarias.
Hace unos días la Asociación Latinoamericana de Industrias Farmacéuticas, Alifar, mencionó la relevancia que cobra el compromiso de los gobiernos regionales para asegurar un acceso oportuno y universal a los medicamentos. Hoy esas palabras toman sentido; la inversión monetaria y los marcos regulatorios adecuados para fomentar el desarrollo local de fármacos son claves en todo momento, más en tiempos de pandemia, distanciamiento social y cierre de fronteras. Hablamos de estrategias que permiten salvar vidas, más que alimentar egos empresariales.
Elmer Torres C.
Vicepresidente ejecutivo de Asilfa
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