Pensiones: una reforma que requiere de acuerdos

Pensiones jubilación


SEÑOR DIRECTOR:

Esta semana se retoma la discusión sobre la reforma a las pensiones; esperemos que en esta oportunidad prime la búsqueda de acuerdos amplios.

Sin duda, la mayoría del oficialismo y la oposición quieren mejorar de forma sostenible las pensiones de actuales y futuros jubilados. Por esto, un camino para resolver las diferencias es apoyarse en la técnica. Por ejemplo, uno de los puntos donde hay menos acuerdo se refiere al mecanismo para financiar nuevos beneficios solidarios intergeneracionales (reparto). Mientras el gobierno aboga por utilizar parte de la nueva cotización para este fin, la oposición sostiene que se debe realizar con impuestos generales.

Existen fuertes argumentos técnicos para financiar la solidaridad en el sistema de pensiones con impuestos generales y evitar hacerlo con cotizaciones previsionales, uno de los más importantes es que con esta última alternativa se desincentiva el trabajo formal, lo que, entre otros efectos indeseados, termina perjudicando a las mismas pensiones.

Adicionalmente, existen consideraciones redistributivas que debiesen tomarse en cuenta. Al utilizar las cotizaciones previsionales, los trabajadores formales deben concurrir con 4% de sus salarios (salvo aquellos con ingresos por sobre el tope imponible, quienes realizan un esfuerzo menor), mientras que al utilizar impuestos generales la carga se distribuye entre todos los contribuyentes y de manera progresiva entre los trabajadores formales.

El trabajador formal promedio del primer quintil de ingresos gana aproximadamente $645.676 brutos (Casen 2022). Si 4% de su cotización se destinara a financiar la solidaridad aportaría $309.925 al año. Si, por el contrario, se financia la solidaridad con impuestos generales, tendría que pagar $41.871 adicionales en impuestos al año. De esta forma, el trabajador formal promedio del primer quintil de ingresos paga siete veces más si la solidaridad se financia con cotizaciones que si se hace con impuestos generales.

No parece justo que los trabajadores formales, y en especial los de menores ingresos, sean los únicos que deban realizar el esfuerzo para mejorar las pensiones, ya que alcanzar este objetivo es responsabilidad de todos.

Soledad Hormazábal

Investigadora Centro de Estudios Horizontal

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