Perú: ¿Hasta cuándo y hasta dónde?
Por Carlos Escaffi, analista internacional, director del think tank Relaxiona Internacional y profesor PUCP.
Se ha dicho que hoy los peruanos estarían frente al último acto de la administración del Presidente Pedro Castillo, profesor rural, dirigente sindical que prometió renovar el sistema político y económico para abordar la pobreza y la desigualdad, y que usando una poderosa frase: “no más pobres en un país rico, palabra de maestro”, hoy es sindicado nuevamente como líder de una organización criminal, pero a diferencia de otras investigaciones fiscales, en esta se involucra a su círculo más íntimo, entre otros, a su cuñada, quien ayer se entregó a la Fiscalía de la Nación, las razones, haber sido señalada por el equipo especial de fiscales contra la corrupción del poder, como presunta integrante de una agrupación delictiva.
Recordemos que, en junio pasado, la Fiscalía de la Nación solicitó al Poder Judicial investigar al presidente Pedro Castillo como “líder de una organización criminal” enquistada en el Estado para obtener “beneficios ilegales” de los contratos que habría suscrito el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Debe hacerse notar que es la primera vez que un presidente en funciones es sindicado con una acusación tan crítica, mismas que se gestaron en razón de investigaciones fiscales, consecuencia de irregularidades denunciadas en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones respecto a las adjudicaciones de una serie de obras de infraestructura. En cuanto a los involucrados de la primera investigación, está el ex ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, prófugo de la justicia, quien ha señalado se entregaría los primeros días de septiembre, sumado al exsecretario presidencial de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, quien se encuentra con arresto domiciliario, luego de haberse entregado voluntariamente, después de haber estado cuatro meses prófugo, habría revelado ante la Fiscalía presuntas coimas en el caso de ascensos policiales.
Mientras que la sensación en la calle y particularmente al interior del país es de ausencia de sintonía social, hastío, incredulidad, engaño. Las expectativas fijadas en el Presidente Castillo se diluyen, mientras que la presión social se hace mayor al interior del país, consecuencia del encarecimiento de la canasta básica de consumo, incremento del precio de combustibles y su consecuente efecto en los fletes y la carencia de fertilizantes.
El transitar de la administración del Presidente Castillo, en este primer año del quinquenio de su Gobierno ha sido crítica, ya enfrentó dos mociones de vacancia presidencial, hoy la desaprobación es de 76% a nivel nacional, y las primeras bajas empiezan a sentirse, ayer los embajadores del Perú ante las representaciones de Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos presentaron sus renuncias.
Así las cosas, los tres escenarios que se vislumbran ante la situación descrita son: el primero; la figura de la vacancia presidencial, aunque la sensación existente es que no están los 87 votos requeridos de un Parlamento unicameral de 130 miembros, el segundo; la renuncia, consecuencia de una presión social creciente, y tercero; el proceso en curso, en el que se pretende inhabilitar por cinco años al presidente Castillo por supuestas infracciones constitucionales, por sus declaraciones sobre una salida al mar para Bolivia, en una entrevista concedida a un reconocido medio internacional.
Pareciera ser que efectivamente, el hecho que Perú mantenga un sistema semi parlamentario habría contribuido a la generación de escenarios de gobierno sin mayorías en el Congreso, sumado a la fragilidad de la Presidencia de la República a través de la figura constitucional de la “Vacancia por incapacidad moral del presidente”, el factor transversal de corrupción y por cierto la hiper fragmentación política, todo ello, explicaría, de alguna forma, esta constante crisis política y enfrentamientos entre poderes del Estado, particularmente entre Ejecutivo y Legislativo.
Finalmente, debe hacerse notar que, por mucho menos vacaron al expresidente Martín Vizcarra y se instaló la renuncia del también breve expresidente Merino de Lama con días de movilización y una fuerte represión.
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