Plebiscito y acuerdo político

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Por Claudio Pérez, director ejecutivo del Centro de Estudios del Desarrollo

El proceso de construcción de un nuevo pacto social para Chile no se agota en el plebiscito del 4 de septiembre. Gane el Apruebo o el Rechazo a partir del día siguiente se requerirá de un gran acuerdo político, ya sea para implementar la nueva Constitución o para iniciar un nuevo proceso constituyente. En ambos casos se requerirá de la mayor madurez de nuestro sistema político y la sociedad en su conjunto.

En las próximas semanas la deliberación pública irá sumando distintos actores y las posiciones tenderán a distanciarse cada vez más; las emociones propias de las campañas jugarán un rol importante en el debate.

Atendido lo anterior, será muy importante generar espacios de encuentro y diálogo entre los adherentes de cada una de las opciones que permitan avanzar rápidamente a contar del 5 de septiembre en cualquiera de los dos escenarios. Las expectativas generadas en la ciudadanía requerirán de grandes liderazgos políticos que permitan conducir los distintos procesos necesarios para nuestra democracia.

Estando completamente abierto el resultado, la aprobación en el Senado del proyecto que rebaja los quórums de reforma constitucional a 4/7, parece adecuado -aunque a destiempo-, pero permite contribuir al diálogo constitucional de los distintos sectores.

Otra cuestión importante será la calidad de la esfera pública y la franqueza en la deliberación en torno a los contenidos de la propuesta constitucional. En nada contribuyen a un buen debate público la mentira y el puro voluntarismo. La cultura cívica de diversos actores será sometida a prueba y se requerirá de la mayor rigurosidad republicana para argumentar en la deliberación pública y no contribuir a la mediocridad del debate público. También jugarán un rol importante los medios de comunicación, tanto en promover el debate de distintas ideas y propuestas, como en no ser canales de divulgación de mentiras y promoción de actores que no promuevan y practiquen una sana virtud de escucharnos para encontrarnos en el diálogo.

Los partidos políticos serán importantes para reconstruir confianzas personales e institucionales, pero sobre todo para ser actores en la articulación de un gran acuerdo político post plebiscito. No son la institución que goza con la mayor confianza, pero sigue siendo la que permite contribuir de mejor forma a la generación de acuerdos para la estabilidad democrática. Trabajar en su modernización y fortalecimiento es una tarea permanente de nuestro sistema político.

En lo que sigue todos deberemos contribuir, sociedad civil, universidades, centros de estudios, sindicatos, empresarios, dirigentes políticos, entre otros, para ser actores relevantes del diálogo necesario para un nuevo pacto social en Chile que permita disminuir las profundas desigualdades sociales y territoriales y aumentar la cohesión social de nuestra comunidad.