Populismo punitivo y miedo ciudadano al delito
SEÑOR DIRECTOR:
El debate sobre la Ley Nain-Retamal y toda la conversación política respecto a la policía y el uso de la fuerza no es otra cosa que lo que conocemos como populismo punitivo. Y este, como ha sido analizado, es solo la reacción impulsiva de la clase política de dar algún tipo de respuesta que deje más tranquila a la ciudadanía y baje el miedo a la delincuencia.
Es verdad que hay patrones delictuales más complejos que antes. Sin embargo, creer que esta agenda punitivista disminuirá los delitos y, especialmente, el miedo de la ciudadanía, para con ello conseguir mayor apoyo electoral, es, por decir lo menos, optimista.
Dar más poder de fuego a las policías no solo resulta contraproducente para un sistema penal justo y democrático, sino poco eficiente y eficaz como solución al problema.
El miedo ciudadano al delito se alimenta no solo de la experiencia personal (ser víctima de delitos), sino de esta misma agenda política y mediática de más “mano dura”; pero también del deterioro urbano, la percepción de desorden social y la incertidumbre. Todos estos factores hacen que, aunque se aumenten las penas y bajen los crímenes, el miedo al delito se mantenga en niveles elevados.
Si realmente queremos abordar el problema de la criminalidad y del miedo con que vive la ciudadanía, es urgente bajar el frenesí de esta agenda legislativa y poner paños fríos.
Alejandra Luneke
Universidad Alberto Hurtado, Instituto Milenio para investigación en violencia y democracia
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