Populismos
SEÑOR DIRECTOR:
La reciente presentación de la Comisión Chilena de DD.HH. ante la ONU, impugnando la legitimidad jurídica del “Acuerdo por Chile” es una expresión perfecta de la ideología populista. En ella se argumenta que el Acuerdo vulnera “gravemente” la soberanía popular al permitir que expertos redacten la propuesta de texto constitucional.
Si bien existen diversas concepciones y encontradas visiones en la academia sobre qué constituye la noción de populismo, existen ciertos consensos transversales en torno a su sustrato basal.
Los populismos descansan en una exaltación sobredimensionada de la noción de pueblo, ente abstracto al que atribuyen una bondad natural, idiosincrática y cuasi religiosa, y en la que fundan la adhesión unívoca e irreflexiva de sus seguidores. La unidad natural del pueblo contrasta con la división que introduce el pluralismo y el debate político propio de la democracia liberal, a la que los populismos suelen denostar en una visión maniquea de la sociedad. El pueblo es siempre bueno, y los políticos y las instituciones siempre malas. La democracia representativa es elitista, distante, individualista y formal, en cambio la democracia directa es cercana y popular, corporativa, y sustantiva, argumentan. Como resulta natural, esta “lógica” (más bien una pulsión emotiva y no una reflexión racional) consigue que los caudillos se empoderen, la sociedad se polarice, y más importantemente, la ideología populista se atribuya, con mayor o menor éxito, la representación espontánea de lo que el pueblo quiere, y más gravemente aun, de lo que el pueblo es (y convenientemente, no es).
Esperemos que el destino de esta nueva acción populista que impugna la participación de expertos en el proceso constitucional sea rechazada, pero no solo en el ámbito jurídico, por carecer de sustento, sino también y más importantemente aún por la opinión pública y las fuerzas políticas responsables, quienes harían bien en denunciarla y exponerla como lo que es: una nueva forma de populismo desintegrador y anti institucional, que la ciudadanía tan enérgicamente rechazó en el pasado plebiscito constitucional.
Fernanda García G.
Subdirectora Ejecutiva Faro UDD
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