Por más niñas en ciencia
Solo una de cada cinco jóvenes que postulan a la educación superior en nuestro país, eligen carreras ligadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Además, las investigaciones lideradas por la psicóloga chilena Francisca del Río muestran que nuestra brecha de género en matemáticas -tanto en el SIMCE como en la prueba PISA- es la segunda más grande del mundo iniciándose a los cinco años.
Es coherente preguntarnos entonces ¿Los esfuerzos que estamos realizando en este tema son suficientes? ¿Estamos quizás llegando tarde?
Un grupo de investigadores e investigadoras hace algunos años demostraron que a los cinco años las niñas ya se consideran a sí mismas menos brillantes que los niños de su misma edad. Además investigaciones recientes lideradas por Ellen Markman muestran que cuando usamos la frase “las niñas son tan buenas como los niños en matemáticas”, solo estamos aportando a profundizar la brecha de género.
Entender cómo se generan estas brechas es esencial para saber cómo abordarlas. Si estamos llegando tarde, ¿Por qué no empezar antes? Es aquí donde la Educación Parvularia juega un rol fundamental al ofrecer una educación científica de calidad, con perspectiva de género, intercultural, sostenible e inclusiva. Para ello, es relevante ofrecer ambientes y experiencias de juego y exploración en el que todos y todas puedan desarrollar habilidades y competencias científicas.
Los niños y las niñas son curiosos por naturaleza, co-construyen sus propios aprendizajes al interactuar con su entorno natural y sociocultural. A través de actividades propias de la niñez (el juego, la exploración libre, la necesidad de hacerse y responder preguntas y la experimentación) es que logran conocer, valorar, y resignificar los diversos ambientes en los que se desenvuelven y empezar a comprender el mundo que los rodea.
Desarrollar competencias científicas desde la primera infancia es una línea fundamental de trabajo que el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, quiere potenciar a través del programa Explora, y es parte de nuestro compromiso institucional hacia la construcción de una Política de Igualdad de Género en CTCI.
Atendiendo la necesidad de desarrollar ciencias en primera infancia alineada a las actuales bases curriculares de Educación Parvularia, el año 2019 nace el Programa de Indagación para Primeras Edades (PIPE), fruto del trabajo de los Proyectos Asociativos Regionales de Aysén y Coquimbo en su primera etapa, e implementado a nivel nacional por los Proyectos Asociativos Regionales de Explora que este año crecerá de manera significativa sumando 7 nuevos módulos desarrollados en 40 actividades en ciencias sociales, ciencias naturales y tecnología, para niveles medio y de transición (de 2 a 6 años) y fortaleciendo el trabajo desarrollado en el “Comité Explora de Educación en Primera Infancia” formado en el año 2020 y los módulos iniciales desarrollados por el PAR Coquimbo y Aysén el año 2019.
Algunas de las competencias que PIPE busca desarrollar y potenciar en las primeras edades son “actuar con curiosidad”, “buscar oportunidades de indagación”, “aprender con otras y otros”, todas estas se tornan esenciales para ofrecer posibilidades de aprendizaje significativos a niñas y niños.
Este 11 de febrero celebramos el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia el cual fue proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el fin de “lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas”.
Debemos comenzar desde la base, desde la primera infancia. Es ahí donde desde el programa Explora estamos comprometidos en aportar a la construcción de los cimientos de las competencias científicas. La enseñanza de las ciencias es un derecho ciudadano ya que favorece la formación de ciudadanas y ciudadanos críticos, responsables y reflexivos, y mientras antes empecemos, mejor.
*Directora del Programa Explora del Ministerio de Ciencia