Positivo Imacec de diciembre
Para el país es una buena noticia que la actividad haya experimentado un incremento importante, pero se debe ser consciente de los problemas que se avizoran para sostener el crecimiento.
El Banco Central informó ayer la actividad de diciembre, donde sorpresivamente el Imacec del último mes del año anotó un crecimiento interanual de 6,6%, el mayor en 35 meses, impulsado por resto de bienes (con un fuerte salto de la producción de cerezas), minería y comercio.
Ciertamente es una buena noticia cerrar el año con un desempeño positivo, que deja al año 2024 con un crecimiento preliminar de 2,5% y un cuarto trimestre con un salto anual de 3,7%, el mejor desde mediados de 2022 usando los datos trimestrales.
Es cierto que en la actividad de diciembre influyeron factores puntuales, debido a que el último mes contaba con dos días hábiles más trabajados y una débil base de comparación, considerando que diciembre de 2023 tuvo el menor nivel del año, usando los datos desestacionalizados. Sin embargo, el crecimiento mensual de 0,9% usando la serie desestacionalizada refleja que la actividad mostró una leve aceleración hacia fines del año 2024.
Con todo, es importante poner estas cifras en perspectiva. Si bien es alentador que la economía haya mostrado el año pasado su mejor rendimiento en tres años, la cifra no está muy lejos de lo que el mercado anticipaba a mediados de año ya que, por ejemplo, en junio el mercado estimaba un crecimiento de 2,6% para 2024, cifra que fue corrigiéndose en la medida que la actividad fue sorprendiendo negativamente en los meses posteriores. Además, al revisar las cifras en el margen, los crecimientos son menos vigorosos. El cuarto trimestre registró un alza anualizada de 1,7% en relación al tercer trimestre, usando las cifras desestacionalizadas, por debajo del desempeño del trimestre previo (+3,1%).
El dato de diciembre tampoco cambia sustancialmente las perspectivas para este 2025 -con un crecimiento en torno al 2%- ni las de la próxima década, que el Banco Central estima en un crecimiento promedio de apenas 1,8%. Asimismo, cabe tener presente que hay dos elementos que podrían poner cuesta arriba las proyecciones para este año. En primer lugar, las cifras publicadas por la Dipres el viernes reflejaron que el déficit que incurrió el gobierno de 2,9% del PIB fue sustancialmente mayor que el estimado (1,9% del PIB). Esto implica que si el Ejecutivo quiere mantener en relativo orden las cuentas fiscales deberá recortar el gasto de 2025, con los consecuentes efectos sobre la actividad local.
En el plano externo, las amenazas de Estados Unidos de endurecer las condiciones comerciales a sus socios -las que por ahora se han limitado a los países limítrofes y algunos más- podría impactar la economía global, los precios de los commodities y tener efectos adicionales en la actividad local si Chile cae en el radar de políticas comerciales más restrictivas.
Frente a todo lo anterior, lo responsable es poner el énfasis en medidas que cambien la trayectoria de crecimiento débil que arrastra Chile por más de una década. Una reforma al sistema impositivo que apoye la inversión, una reformulación del proyecto de permisos ambientales que agilice los plazos y dé mayor certeza jurídica a los inversionistas, descartar alzas en los costos laborales -como el proyecto de negociación ramal-, son medidas básicas si se quiere recuperar el tranco en materia de crecimiento.
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