Prensa y momento actual

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Por Alfredo Jocelyn-Holt, historiador

Es extraordinario. A pesar de todo lo que se ha dicho, han faltado análisis que expliquen cómo hemos llegado hasta aquí. A los dos candidatos polarizados -únicas opciones ahora disponibles- se les sigue sin desenmascarar. Desde que se supo el resultado electoral, medios periodísticos han estado celebrando incluso su transformismo en moderados de última hora, dando una profusa cobertura al “aquí no ha pasado nada, lo peor quedó atrás”. Es más, se suele guiar la discusión conforme consabidos destacados, el “qué hay que leer y saber”, y el vamos promoviendo aclaraciones que aún no disipan la confusión.

Y, no es que recién ahora suceda lo anterior. Ha habido abanderamientos de prensa con posturas electorales en las varias contiendas que hemos tenido. Se ha dado a entender que el progresismo sería transversal, concordante con la tendencia de la ciudadanía tras el 18-O. De ahí que el “rechazo” nunca tuviera chance alguna de cobertura equilibrada, tampoco lo han tenido candidatos o posturas a contracorriente. El sociologismo vía encuestas y “focus groups” aun no explica la abstención. Tampoco es que Piñera haya sido el único que sacrificó la Constitución antes defendida a ultranza. Con todo, quienes se han ido convirtiendo a esta buena nueva han seguido insistiendo que se ha tratado de los 30 mejores años de nuestra historia, temeraria tesis, amén que contradictoria: ¿por qué entonces hubo que desechar la Constitución?

Todo ello para terminar desembocando en lo que sabemos. Que a los ninguneados mal no les fue. El 80/20% se esfumó. La dupla Boric-Sichel, a la que tanto se apostó, tuvo que desecharse. Kast se convirtió en “sorpresa”. Sichel y Yasna hicieron un papelón. La cancelación sistemática de Parisi impidió predecir su efecto: no necesitó de la prensa establecida, no tuvo que asomarse por estos lados, y según algunos “se llevó el voto de centro”, llave maestra (!). Lo que es la primera mayoría nacional, senadora por Santiago, comprobó qué pueden hacer los medios cuando acogen el sufrimiento humano y sensiblería del momento (los matinales ganaron, pero vaya éxito).

Y, ¿en qué estamos? En que a pesar de la polarización, la apariencia moderada va a depender de a cuál de las dos opciones se le disfraza mejor su extremismo de anteayer. Doy fe. El domingo pasado me desayuné leyendo un perfil hagiográfico de Boric en que se sostenía que ha llegado a donde está porque desde sus días en Pío Nono ha mostrado tener una disposición dialogante (sic), la periodista citando parcial y torcidamente mi libro La Escuela Tomada para validarse. Semanas antes, una cercana a Kast me pidió una entrevista por Zoom, y algo parece que dije; días después, tras yo escribirle, adujo no poder transmitirla porque hubo “un problema técnico” y no se grabó. En esa estamos, ante tramposos además.