Primeras definiciones de Etcheberry en el SII

Javier Etcheberry

Los lineamientos que ha entregado el director interino son auspiciosos, porque denotan una voluntad de revestir al SII de un rol eminentemente técnico y preocupado de materias de alta relevancia, como el combate al crimen organizado.



Javier Etcheberry, quien se desempeñó durante 12 años como director del Servicio de Impuestos Internos (SII) durante tres gobiernos de la ex Concertación, arribó nuevamente al Servicio en calidad de director interino, para reemplazar al director saliente, Hernán Frigolett.

En el mercado había cuestionamientos sobre la gestión fiscalizadora de Frigolett, en particular por el deterioro en la recaudación tributaria. Además, el exdirector promovió un cuestionado informe de evasión y elusión en la antesala del proyecto de ley sobre cumplimiento tributario, el cual mostraba una tasa de evasión del impuesto corporativo al parecer sobredimensionada para nuestra realidad. Asimismo, el rechazo de la Corte de Apelaciones a la controvertida circular que definía un impuesto adicional a las bebidas isotónicas, hipotónicas y néctares implicó también un fuerte revés para Frigolett.

Las primeras definiciones que hasta aquí ha entregado Etcheberry son auspiciosas, porque sugieren la intención de posicionar al SII en un rol eminentemente técnico y a la vez dispuesto a colaborar en materias que resultan de alta preocupación en el país. En tal sentido, es valorable que el director interino dispusiera suspender los efectos de la polémica circular, con el objetivo de dar un nuevo espacio de revisión de los antecedentes y los distintos argumentos técnicos vinculados a la materia.

También resulta positivo que resaltara la informalidad como un problema que ha ido aumentando en el tiempo y que afecta de manera importante a la recaudación tributaria, un aspecto de primer orden que en el debate público ha sido relegado, y que el proyecto de cumplimiento tributario aborda tímidamente.

En materia de crimen organizado, uno de los problemas más acuciantes del país, indicó que el SII puede colaborar con la Fiscalía, la justicia o policías en el combate contra el crimen organizado. “Vengo a tratar de sumarme a la lucha contra la evasión, la informalidad, la delincuencia y las mafias”, marcando un claro giro con lo visto hasta ahora.

Tampoco esquivó lo relativo al secreto bancario, tema que ha estado en la palestra producto de cambios legales que se pretenden introducir, y que dejarían a determinadas entidades del Estado -incluido el SII- con amplias facultades para acceder a las cuentas bancarias, lo que ha levantado inquietud por la pertinencia de una facultad de este tipo. Al respecto, Etcheberry señaló que “creo en la intimidad y hay que cautelarla, por lo tanto, si el SII tiene acceso a esa información tiene que ser información que solo sirva para efectos de fiscalizar los impuestos, pero no se puede usar la información para otra cosa”, pero sí cuestionó que se pretenda proteger la intimidad de las empresas. “¿Qué intimidad tienen las empresas? Entonces hay que ser cuidadosos cuando se usa el término de intimidad”.

Además de la probidad, remarcó que el director del SII debe entender de tributación, poseer experiencia en gestión y estar dispuesto a hacer que las cosas mejoren, pese a los costos que eso conlleva. También propuso revisar el controvertido informe de evasión y elusión, ante la importancia de que el país cuente con cifras consensuadas sobre estas materias.