Prioridades para volver a crecer
De no tomarse una serie de medidas para volver a recuperar el crecimiento y reducir los niveles de desempleo, el país se podría encaminar a una nueva década de estancamiento.
Tal como han señalado economistas de forma transversal, el país cumplió una década de estancamiento económico. Así, mientras el 2013 el crecimiento de tendencia proyectado para Chile era 5%, el 2023 se estimaba un crecimiento del PIB potencial de apenas 1,9%, tal como señaló recientemente el Banco Central.
Lo preocupante es que el futuro no se vislumbra auspicioso, ya que de acuerdo con el Observatorio OCEC-UDP las proyecciones de crecimiento promedio para Chile en el período 2023-2025 serían inferiores al promedio de las tasas de crecimiento de 19 economías desarrolladas.
Durante el último año el crecimiento ha estado en la agenda, y para estos efectos se formularon una serie de propuestas técnicas con el fin de volver a crecer, destacando el informe de la Comisión Marfán, que fue elaborado por un grupo transversal de economistas. En tanto, también destacó el positivo giro del gobierno, después de predicar inicialmente que el crecimiento no era un tema central de su programa.
Una primera causa que advirtió la Comisión Marfan fue el inadecuado funcionamiento del sistema político y las instituciones, lo que explicaría en gran medida el mediocre desempeño económico de la última década. Por otra parte, el informe “Misión: Volver a Crecer” de CIES-UDD (Larroulet, 2024) señala que, si bien Chile enfrenta desventajas estructurales para crecer, como su distancia y la inestabilidad de su entorno, no hay “balas de plata” y se requiere un conjunto coherente de instituciones y políticas que se ejecuten adecuadamente.
En lo inmediato, tal como señala el informe de CIES-UDD -que agrupa distintas medidas procrecimiento realizadas en distintos informes en el último año- se releva la importancia de favorecer la inversión tanto con medidas legislativas como de gestión interna del Estado. Al mismo tiempo, se enfatiza la necesidad de aumentar las exportaciones, que fueron un motor de crecimiento en el pasado, profundizando los acuerdos comerciales actuales e impulsando la firma de otros nuevos, como por ejemplo con India, que se pronostica será en el futuro la segunda economía más grande del mundo. Y todo lo anterior, sumado a una profunda agenda de modernización del Estado y del empleo público.
Asimismo, diversos expertos destacan también la necesidad de aumentar el empleo, sobre todo cuando Chile no ha logrado recuperar la participación laboral después de la pandemia, registrando el 2023 la sexta tasa de desempleo más alta de los países de la OCDE (8,7%), como lo indica OCEC-UDP. Resulta también indispensable nivelar a los estudiantes escolares rezagados por los efectos de la pandemia e invertir en investigación y desarrollo, lo que nos permitiría mejorar nuestra alicaída productividad.
Priorizar las mejoras al funcionamiento del sistema político pareciera una condición de primer orden para que el resto de las políticas públicas procrecimiento puedan ver la luz, algo que deberían tomar en cuenta los principales partidos políticos cuando estamos ad portas de iniciarse el nuevo año legislativo. De lo contrario, Chile corre el riesgo de estar iniciando en 2024 una nueva década de estancamiento.
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