Propuestas presidenciales, pymes y abuso de posición dominante
Grandes empresas que desarrollan e invierten en nuestro país en obras de infraestructura, construcción, transportes, centros comerciales, minería, entre otros, necesitan de pymes y trabajadores para operar.
Cómo apoyar a las pymes es uno de los puntos que no han abordado suficientemente los programas de los candidatos presidenciales. El problema es suelen tratar este segmento de empresa en forma individualista, sin considerar que estas se mueven, desarrollan y sostienen en un mundo globalizado, donde es fundamental la existencia de las grandes empresas nacionales e internacionales y un estado regulador, que vele para que no existan abusos de posiciones dominantes. Los candidatos mencionaron la simplificación de trámites, reformas tributarias, fomentar y financiar las actividades de Investigación y Desarrollo, la revisión y/o modificación de la Ley del pago de la factura a 30 días, desburocratizar y agilizar los pagos del Estado cuando este detenta la calidad de mandante o cliente de un privado, acceso a financiamiento, etc. Ahora, aún cuando se piense que el mercado debe funcionar y llegar a su propio equilibro, este sí debe ser regulado y fiscalizado para que no se cometan abusos de posición. De lo contrario, se perjudica el poder de negociación de pymes que venden o prestan servicios como proveedor, las cuales se ven en la encrucijada si no aceptan las reglas impuestas, ya que pueden perder el codiciado cliente.
Grandes empresas que desarrollan e invierten en nuestro país en obras de infraestructura, construcción, transportes, centros comerciales, minería, entre otros, necesitan de pymes y trabajadores para operar. Sin embargo, ocurre con frecuencia un abuso de posición dominante de esas grandes empresas a su respecto. Como el mercado de las pymes está muy atomizado y existe fuerte competencia, las grandes empresas pueden imponer sus condiciones, reduciéndose finalmente la negociación a un contrato de adhesión, al cual deben adherir o aceptar lo propuesto, sin posibilidad de modificar nada.
Frente a este abuso de posición dominante de una gran empresa, las pymes no tienen posibilidad de denunciar el hecho, por los costos y el peligro de perder al cliente. En 2020, reconocidas y grandes empresas demandaron en el Tribunal de la Libre Competencia a una cadena de supermercado que opera en nuestro país, por posición dominante en el mercado. Si consideramos que esta situación abusiva impacta a las grandes, las pymes cuyos derechos se vulneran tienen pocas opciones dado su tamaño y escasez de recursos. En la práctica no pueden denunciar abusos, pues implica altos gastos en abogados y economistas para respaldar sus denuncias.
Esta indefensión de las pymes no solo ocurre en tiempos de funcionamiento normal, sino también se muestra cuando grandes empresas se reorganizan judicialmente en virtud de la Ley 20.720. Así, pymes, que figuran como acreedores de una empresa al borde de la insolvencia irremediable, se ven obligadas a repactar sus créditos por años, para que la empresa en reorganización no caiga en una Liquidación (Quiebra) y las arrastre a ellas.
Si bien las propuestas de los presidenciales son buenas y contribuyen a levantar a las pymes, dándoles más herramientas de trabajo, fuentes de financiamientos, beneficios tributarios, etc., es fundamentar revisar el rol que cumplen el Tribunal de La Libre Competencia y la Fiscalía Nacional Económica, ya que son órganos públicos cuyo costo de acceso es tan alto, que a esos suelen solo acceder grandes empresas. Ninguno, en tanto, considera que respecto de las pymes puede existir también abuso de posición dominante de las grandes empresas. Una propuesta que no se ve entre los candidatos sería la creación de un SERNAC para las pymes, de modo que estas puedan actuar en conjunto, a un valor accesible, y logrando de esta forma el necesario acceso a la justicia para todos, haciendo del mercado uno más justo y trasparente.