Propuestas tributarias demasiado optimistas
Por Martín Besfamille, Instituto de Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile, CESifo
Las propuestas tributarias de los candidatos que aparentemente lideran las preferencias electorales se basan en objetivos recaudatorios demasiado optimistas, como explico enseguida.
Una de las principales medidas del programa económico del candidato J. A. Kast consiste en rebajar la tasa del impuesto de Primera Categoría, de 27% a 17%, para aumentar la inversión y el crecimiento. Si bien esta medida supondría una caída mecánica de los ingresos fiscales, los referentes económicos del conglomerado confían en que el crecimiento permitiría recuperar la recaudación, por el aumento de la base tributaria. O sea, suponen que Chile se halla actualmente en lo que se conoce como el tramo decreciente de la curva de Laffer.
Si bien existe cierta evidencia empírica que algunos impuestos promueven el crecimiento más que otros, una gran cantidad de estudios, tanto teóricos (Malcomson, 1986) como empíricos (Trabandt and Uhlig, 2011), mostraron que no se observa una relación causal entre la baja de impuestos y el aumento de la recaudación vía crecimiento del producto. En otras palabras, salvo contadísimas excepciones, no se ha podido verificar que un país se halle en el tramo de la curva de Laffer que justifica tales reducciones impositivas. Lo más probable es que, de aplicarse esta medida del programa, aumente el déficit fiscal. Eso mismo ocurrió después de la rebaja impositiva implementada por D. Trump en Estados Unidos en 2017, cuando el déficit fiscal creció 48% en dos años.
Por otro lado, la propuesta del candidato G. Boric se basa en una gran reforma tributaria, cuyo fin es aumentar la recaudación en aproximadamente 8% del PBI, en 8 años. Específicamente, la lucha contra la evasión reportaría 2,5% del PBI. Para justificar tal cifra, se afirma que la evasión en Chile asciende a 7% del PBI, sin citar la fuente de tal estimación. Como no pude encontrar ningún estudio que la provea, es difícil analizarla rigurosamente. Ahora bien, con respecto al objetivo en sí mismo, el único artículo que conozco que estima tendencias en la evasión de varios países es Buehn and Schneider (2012). Allí, los autores calcularon que el país donde la evasión disminuyó más fue Bulgaria, pasando de 4,6% a 3,0% del PBI en 11 años, o sea, un 64% del objetivo del colectivo Apruebo Dignidad, y en tres años más que su plan.
Ese programa también menciona que el conjunto de impuestos a los “super ricos” recaudaría 1,5% del PBI. Nuevamente, en base a la experiencia internacional, esta meta es de difícil cumplimiento. Scheuer and Slemrod (2020) muestran que, excepto Suiza, que recaudó 1,08% del PBI en 2018, ningún país europeo obtuvo más de 0,6% del PBI, con una batería de impuestos similares a los propuestos por el candidato G. Boric. Francia, cuya administración tributaria es conocida por su gran capacidad de recaudación y de sanción de la evasión, recaudó solo 0,22% del PBI en 2017.
Como puede verse, ambas propuestas generan la misma duda: en caso de no contar con los ingresos fiscales suficientes para llevar adelante su programa, ¿cómo harán esos gobiernos para enfrentar un potencial aumento del déficit, cuya solución implicaría, casi con certeza, incumplir promesas electorales? ¿Cómo convencerán a legisladores propios o aliados, para ir en contra de las mismas? Sería conveniente que tanto J.A. Kast como G. Boric se explayen más sobre esta cuestión.
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