Que lindo sería un Chile en donde la gran mayoría se sienta parte
Más allá de la contingencia electoral, me parece importante hoy día también preguntarnos cuán fragmentados llegamos a este punto. Hemos vivido en los últimos años una crisis de confianza y cuestionamiento que involucra a las autoridades, las instituciones y también a nuestros pares.
Nuestro país cerró ayer un importante capítulo tras meses de propuestas, definiciones y debates en torno al Chile que queremos forjar en las próximas décadas. Chile habló, y la voluntad del pueblo es rechazar la propuesta de nueva Constitución y buscar un nuevo rumbo. Es importante tomar esta nueva oportunidad de avanzar desde un camino constructivo y dialogante, con la voluntad de todos los sectores, que nos lleve a armar bases sólidas para hacer de éste un país más justo y emprendedor.
Más allá de la contingencia electoral, me parece importante hoy día también preguntarnos cuán fragmentados llegamos a este punto. Hemos vivido en los últimos años una crisis de confianza y cuestionamiento que involucra a las autoridades, las instituciones y también a nuestros pares.
Estas divisiones también complican a la ya difícil situación en la que nos encontramos, dado que, además, vivimos las consecuencias del estallido social, la pandemia y la incertidumbre política, en medio de una economía compleja. Por eso mismo, resolver la desconfianza y la división es a mi juicio uno de los mayores desafíos de Chile hoy en día. Estos eventos mencionados, que causan altos niveles de estrés e inseguridad, es importante dejarlos atrás y entender que solo juntos podremos navegar en esta agua y salir adelante.
No ser capaces de generar sueños o propuestas que puedan hacer sentido a una gran mayoría del país, es algo que nos debemos cuestionar. Yo soy de la idea que lo mejor que puede tener un país es la capacidad de llegar a acuerdos, y con ello buscar, inventar, hacer propuestas que logren unir. Por eso mismo, se requieren líderes que estén a la altura de este desafío y logren articular a sus ciudadanos, generar puentes y crear sueños mayores a las partes. Eso es hoy lo que necesitamos con urgencia.
Por eso, lo que necesitamos ahora es entregar las condiciones necesarias para que todos los chilenos podamos fortalecernos y seguir adelante. Tenemos por delante la oportunidad de hacer las cosas mejor, pero sabemos que esta tarea sólo será posible si trabajamos colaborativamente con un mismo fin y trabajamos en levantar acuerdos, generar consensos y aplicar cambios que vayan en directo beneficio de todos.
Una de las grandes interrogantes que hay que plantearse es el rol que debemos asumir como líderes en este objetivo, qué haremos para re-unirnos y cómo vamos a influir positivamente dentro de nuestras esferas y cómo podemos aportar para hacer surgir un Chile resiliente, justo, cariñoso y emprendedor.
Esa misma mirada integral es la que pueden abordar empresas y organismos, tomando la iniciativa para generar instancias de participación y nuevas formas de relacionamiento entre sus equipos. Ojalá comprendamos que la única ganancia que tendremos realmente como sociedad sólo se reflejará cuando exista unidad, empatía y respeto a partir de los acuerdos.
Vivimos en comunidad y, por eso, las diferencias entre las personas pueden ser el mejor atributo para la creación y la colaboración. Quienes primero y más rápido lo comprendan y pongan en práctica, no sólo estarán marcando pauta y entendiendo las necesidades de reconstrucción desde esa base, sino que también estarán generando formas de relacionarnos acordes a los nuevos tiempos.
Nuestra misión a partir de hoy es trabajar para concretar las bases de un Chile renovado, donde exista la oportunidad de crecer, cuidando el bienestar de las personas, las empresas, el emprendimiento, la innovación y el medioambiente. Yo creo en un mejor país y me pongo desde ya a disposición del diálogo para avanzar y colaborar para esta nueva etapa. Porque creo en Chile y creo en los chilenos, sus decisiones, sus capacidades y sus talentos.
Empresaria