Qué pasaría si cambiamos la historia

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20 de Julio 2020 Gente caminando en el Paseo Ahumada y alrededores del centro de Santiago. Desconfinamiento Coronavirus Covid 19. Foto : Andres Perez CUARENTENA - PLAN - PASO A PASO - GENTE - PERSONAS - TRANSITANDO - CAMINANDO - RECORRIDO - CORONAVIRUS - COVID 19 - PANDEMIA - EMERGENCIA SANTARIA

Una sociedad con más igualdad conduce a una mayor estabilidad social y la gente -a su vez- apoya más ampliamente un mayor desarrollo económico… sería finalmente una ganancia para todos.



Hoy me gustaría iniciar una conversación que eventualmente nos lleve a un pacto de acción conjunta entre las compañías grandes, medianas y chicas, que, a mi juicio, si la desarrolláramos adecuadamente, podríamos desde el empresariado cambiar la historia de nuestro país. ¿Qué pasaría si las empresas nos comprometiéramos a realizar al menos el 30% de nuestras compras a las pymes?

Hoy la economía del país está por el suelo. El Banco Central informó que la actividad económica sufrió una caída récord al disminuir en 14,1% durante el segundo trimestre de 2020, con respecto al mismo período del año anterior. Es el peor registro desde la crisis económica de 1982. Según el INE, el desempleo subió al 12,2% en el trimestre abril-junio y anotó su nivel más alto en una década. Debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 18,1% del total de ocupados, crecieron 163,2%, equivalente a 801.800 personas. Las pymes, en este contexto, han sido uno de los sectores más afectados, porque han sido precisamente ellas quienes menos espaldas han tenido para afrontar esta crisis tan profunda. Pero sin duda, no el único.

Necesitamos levantar al país desde la economía y los empresarios y emprendedores tenemos una responsabilidad moral en ello. A mi juicio, la mejor manera de hacerlo sería promoviendo las ventas y desarrollando nuevos proveedores. Si destináramos un porcentaje específico de esas ventas a los pequeños, los incorporaríamos en un círculo virtuoso de acceder a mejores créditos e inversiones, venture capital, capacitación de sus trabajadores, incentivos de retención de talento, contadores más calificados, abogados que los defiendan, estructuras especializadas, desarrollos y áreas de estrategia, solo por mencionar algunos espacios. Y si el dinero fluye, la economía se reactiva.

Le quitaríamos, a su vez, el peso a instituciones públicas como Corfo y Sercotec, que podrían dedicar sus recursos a potenciar empresas más estratégicas para el país, por ejemplo.

Según los datos del Servicio de Impuestos Internos, actualmente, las 2 mil empresas más grandes de Chile se llevan la suma del 87% de las ventas. Mientras que el millón de empresas restantes -las mipymes- se quedan con un pequeño 13%. Las entidades públicas -ministerios, servicios, hospitales, municipios, universidades y FFAA- durante el 2019 transaron más de US$11.500 millones en la plataforma de compras públicas. Las mipymes lideraron las ventas en ChileCompra con US$6.371 millones transados, llegando al 55% de ellas. Al parecer, el Estado está haciendo bien las cosas y está dando oportunidades. No obstante, éste justifica el 20% de la economía.

El 80% restante depende de la empresa privada, por lo que somos los empresarios y emprendedores los responsables de cambiar las cosas. Las empresas hoy día no compramos a las pymes. Pero si entre grandes, medianos y chicos nos pusiéramos de acuerdo de pasarle un porcentaje de esas oportunidades a los más pequeños, ciertamente disminuiríamos la brecha de la desigualdad.

No conozco nada que ayude más a un emprendedor que vender. Mientras más demanda generemos a ellos, más emprendedores y mipymes existirían. Así también tendríamos una economía más inclusiva y justa. Más talento e ideas saliendo adelante. Pymes productivas (algo que por tanto tiempo hemos anhelado), oportunidades para el talento y desarrollo local. Esto va en el camino del Chile que soñamos, donde todos nos sintamos parte y donde existan reales oportunidades.

Una sociedad con más igualdad conduce a una mayor estabilidad social y la gente -a su vez- apoya más ampliamente un mayor desarrollo económico… sería finalmente una ganancia para todos.

Esta oportunidad la tenemos en las manos, por lo que con todo el cariño los invito hoy al mundo empresarial a que juntos cambiemos la historia.

-La autora es presidenta de la Asech