Redistribución (5)
Por Claudia Sanhueza, investigadora COES
Sabemos que Chile es uno de los países de la OCDE que menos reduce la desigualdad de mercado, es decir, los ingresos disponibles posteriores a impuestos y transferencias son prácticamente iguales a los de mercado. Por ejemplo, el Gini de mercado de Francia es 0,52, los países nórdicos tienen un Gini de mercado de 0,45 y el Gini de mercado de Chile es 0,50 (OCDE, 2017/2018). Sin embargo, la desigualdad en Francia y los países nórdicos disminuye más de 40% después de impuestos y transferencias a valores entre 0,29 y 0,26 respectivamente, mientras la de Chile disminuye cerca de 7%.
¿Por qué pasa esto? Primero, es bueno tener claro que estas transferencias solamente incluyen transferencias monetarias, no el gasto público en educación y otras prestaciones sociales en especies. Incluyen por ejemplo las prestaciones de seguridad social, como las pensiones de las Fuerzas Armadas, sistema antiguo y sistema de pensiones solidarias (no las pensiones de AFP, que son renta de ahorro individual), seguro de desempleo proveniente del Fondo Solidario, prestaciones por maternidad y asignaciones familiares, y las prestaciones de asistencia social como el subsidio único familiar, entre otros. En cuanto a los impuestos, estos incluyen solo impuestos directos sobre la renta y el patrimonio, se incluyen también las contribuciones a la seguridad social (en Chile, no las cotizaciones a las AFP, que son ahorro individual) e impuestos a las ganancias de capital (si es que hay de esos impuestos, en Chile están exentas).
Ahora bien, en todos los países de la OCDE, las transferencias representan la mayor proporción de la redistribución, aunque los impuestos desempeñan un papel relativamente importante en países que tienen niveles de redistribución relativamente pequeños, como sería el caso de Chile (Causa y Hermansen, 2017). Esto se debe, por una parte, a que la desigualdad se mide en términos relativos, entonces darle $1 al más pobre aumenta proporcionalmente más sus ingresos que una reducción proporcional de $1 al más rico (Engel et al., 2003). Si el análisis fuera hecho mirando las brechas absolutas de ingresos, serían tan importantes los impuestos como las transferencias. Por otra parte, se debe a que el efecto redistributivo de las transferencias está fuertemente asociado con su tamaño y menos con su focalización. Así, las transferencias de seguros sociales juegan el papel más importante en reducir la desigualdad, mientras que las transferencias de asistencia tienen impacto limitado en la mayoría de los países (Causa y Hermansen, 2017).
Chile tiene un gran espacio para mejorar la distribución de los ingresos con impuestos y transferencias. Por una parte, incrementando la recaudación y la progresividad del sistema tributario, pero especialmente creando un poderoso sistema se seguridad social, que incluya pensiones, desempleo y salud, con prestaciones que vengan de un sistema público, fortaleciendo fuertemente el componente solidario del seguro de cesantía con más acceso y mejores prestaciones, y mejorando prestaciones de invalidez, entre otras cosas.