Señor director:

El gobierno ha propuesto una reforma al sistema de pensiones, que incluye un aumento de los recursos para el pilar solidario y un incremento significativo de las cotizaciones individuales (además de cambios regulatorios orientados a aumentar la competencia en el sector) para el pilar contributivo. Estas reformas permitirían empezar a mejorar las pensiones de los grupos más vulnerables en forma relativamente significativa de inmediato, y las demás pensiones a mediano y largo plazo.

Sin embargo, la propuesta oficial no contaría con los votos parlamentarios necesarios para su aprobación. La oposición estaría dispuesta a autorizar los aumentos de las pensiones del pilar solidario (muy popular, dado que beneficiaría -con cargo a Moya- alrededor de un millón y medio de personas), pero no los aumentos de las cotizaciones individuales en las AFP.

El problema es que las bajas pensiones no solo afectan a los grupos más vulnerables, sino también a la clase media y, en especial, a las mujeres. Aprobar solo la reforma al pilar solidario aumentará los incentivos para no cotizar y disminuirá poderosamente aquellos para que el gobierno y la oposición lleguen a un acuerdo para mejorar las pensiones de la gran mayoría.

Sin duda que es urgente tomar medidas para que todos los chilenos puedan eventualmente gozar de pensiones dignas. Pero acordarlas no es fácil, dado que hay, entre la oposición y el oficialismo, visiones distintas sobre el tema. Como me parece que éstas se originan en su mayor parte por diferencias ideológicas e intereses político-partidistas, quizás un mayor rol de un grupo pequeño, transversal y empoderado de técnicos, en una materia tan compleja como el sistema de pensiones pueda -como sucedió en el pasado- permitir llegar a los necesarios consensos.

Rolf Lüders

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