Reformar la actual reforma
La ley de Reforma a la Educación Superior (ES) fue aprobada en el Parlamento a principios de este año. Diferentes actores han manifestado importantes críticas a la ley, indicando que van a existir muchos problemas en el momento de su implementación. Estas dificultades hacen necesario plantear algunas modificaciones urgentes al cuerpo legal. Sin duda hay varios aspectos positivos en la actual reforma, dentro de los que se incluyen una mayor regulación del sistema,-que evitará los abusos que ha provocado gran daño a los estudiantes; un nuevo sistema de aseguramiento de la calidad, que debiera tener plazos y metas realistas, de acuerdo a la nueva agencia de acreditación; y una política pública de gratuidad focalizada en los estudiantes más vulnerables. A estos aspectos positivos se suma la reciente presentación de un nuevo sistema de financiamiento estudiantil, que presenta importantes progresos y otros aspectos que hay que corregir.
Existen aún tres importantes temas pendientes a resolver y que van a requerir, a mi juicio, una reforma que complemente la nueva ley. El primero de ellos es disminuir la sobrerregulación que presenta el riesgo de un control estatal del sistema, debido al exceso de atribuciones de la Subsecretaría y de la Superintendencia de ES. Segundo, se requiere una nueva definición de los aranceles regulados de las carreras, del tiempo de cobertura de la gratuidad y de la fijación arancelaria de nuestros estudiantes que hoy no se benefician de la gratuidad. Estos tres factores descritos van a significar el desfinanciamiento del sistema, lo que afectará la calidad de cada proyecto educativo. Además, las instituciones públicas que no le pertenecen al Estado, responsables de más de la mitad de la investigación del país, tendrán un severo daño debido a la ausencia de nuevos aportes basales y estímulos de desempeño.
Las dificultades descritas en la ley aprobada son necesarias de corregir, a través de un nuevo proyecto de ley que permita un análisis conjunto y coordinado de los diferentes aspectos que están en evaluación. El texto actual adolece de una mirada de largo plazo, con ausencia de los grandes desafíos de futuro. No asumir esta tarea significará exponer al sistema de ES a graves consecuencias que afectarán su calidad. No podemos poner en riesgo un activo del país clave para nuestro desarrollo integral. Reformar la actual reforma es una tarea de todos.
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