¿Resilientes e inteligentes?
SEÑOR DIRECTOR:
Lluvias, terremotos, aluviones y ahora vientos huracanados han afectado a nuestras ciudades de manera cada vez más frecuente, lo que nos obliga a asumir nuevas acciones preventivas y de resiliencia.
Un buen ejemplo de aprendizaje luego de tragedias en Chile ha sido la implementación de una norma sísmica, que desde el conocimiento científico hace que nuestras edificaciones tengan la capacidad de resistir movimientos telúricos. Lo mismo debería ocurrir con una normativa destinada a que nuestras redes soporten inundaciones y vientos, con sistemas de respaldo y planes de mantenimiento, que ello sea fiscalizable y sancionable si no se cumple.
Según la ONU, es siete veces más conveniente invertir en la planificación previa que pagar las consecuencias posteriores a los eventos, sumado a que la pérdida de vidas es invaluable e inaceptable.
Esta experiencia traumática debe gatillar nuevas acciones regulatorias del sector público e innovaciones en el privado, con tal de anticiparse y dar continuidad de servicio en casos extremos, que ya anunciados y conocidos, han llegado para quedarse.
Alberto Texido
Académico U. Chile
Consejero del CPI
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