Retroceso en índice de percepción de la corrupción

Lobby corrupción

Los diversos escándalos de corrupción que han sacudido al país en el último tiempo están erosionando la confianza de la ciudadanía en las instituciones y abren la interrogante acerca la efectividad de los mecanismos para prevenir este flagelo.



El Índice de Percepción de la Corrupción 2024 -indicador elaborado por Transparencia Internacional- ha traído noticias particularmente decepcionantes para Chile. Nuestro país retrocedió tres lugares respecto de la medición anterior, para ubicarse en el lugar 32 del ranking general. En materia de puntaje -que va de una escala de 0 a 100, siendo este último valor el de los países más “limpios”-, Chile obtuvo 63 puntos, constituyendo su peor resultado desde que participa en este estudio. Desde el año 2016 el puntaje de Chile se había mantenido estancado, pero a partir de 2023 fue notoria la baja, lo que previsiblemente va de la mano con el aumento de casos de corrupción que han sacudido al país en los últimos años.

El contexto en que se dan estos resultados es muy preocupante a nivel internacional, porque según el informe dos de cada tres países obtuvieron menos de 50 puntos: el promedio global es de apenas 43.

Pese al retroceso que ha experimentado Chile, a nivel regional el país sigue estando entre aquellos con menor percepción de corrupción, aunque no entre los tres primeros, liderando Uruguay.

Ya en 2023 Transparencia Internacional hizo ver que si bien Chile destacaba por la robustez de sus instituciones democráticas y los niveles de transparencia, su puntaje había declinado de manera relevante desde 2014, perdiendo el liderazgo regional debido a casos de corrupción de alto impacto que involucran a figuras de los principales partidos políticos e instituciones, casos que revelan deficiencias sistémicas en la prevención de la corrupción y sanciones inadecuadas. Con el retroceso experimentado en 2024 dicho diagnóstico parece mantenerse intacto, abriendo una importante grieta entre la percepción que existe a nivel internacional sobre Chile, al que en general se sigue viendo como un país ordenado y confiable, versus la mirada que tienen los propios chilenos, cuya percepción es que la corrupción ha permeado muy fuertemente a todo nivel.

Los resultados que arroja el estudio son coherentes con lo que ha ocurrido el último tiempo, donde escándalos como el Caso Hermosilla -que dejó al descubierto una extensa red de relaciones indebidas entre políticos, jueces, fiscales y empresas-, los millonarios desfalcos que se habrían producido mediante la creación de fundaciones -donde hay importantes figuras políticas implicadas- y los múltiples casos que han afectado a distintos municipios no han hecho más que amplificar la percepción de que el país está sumido en la corrupción. Una medición de Ipsos (octubre 2024) reveló que el 75% estima que en Chile hay mucha corrupción, y la mayoría de las instituciones públicas o privadas son asociadas principalmente a la idea de corrupción y no de probidad, entre otros hallazgos. A su vez, un estudio de opinión presentado por la Contraloría a fines del año pasado (“¿Qué piensas de la corrupción en Chile?”), reveló que el 72% de los encuestados califica al país como corrupto o totalmente corrupto, cifra que superó en seis puntos los resultados obtenidos en 2022.

Esta desfavorable percepción que existe en Chile, que los datos de Transparencia Internacional no hacen más que confirmar, genera efectos muy negativos, porque alimenta la desconfianza en el quehacer de las instituciones, y también resiente la confianza entre las propias personas. Deben también revisarse los mecanismos con que cuenta el país para detectar tempranamente los casos de corrupción. Lo extendido de varios de los escándalos que han quedado al descubierto sugiere que hay importantes insuficiencias.

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