Riesgos y discriminaciones

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Por Anamaría Arriagada, integrante mesa directiva Colegio Médico de Santiago

Desde el Colegio Médico nos preocupa el proyecto de resolución aprobado ampliamente en la Cámara de Diputados y Diputadas que busca implementar el famoso “pasaporte verde” en nuestro país, como una medida que daría mayor libertad de actividades y viajes a los vacunados y serviría como estímulo para que los jóvenes se vacunaran.

Una cosa es exigir vacunación a aquellos que viajan a un país, medida que se usa actualmente al ingresar a lugares de enfermedades endémicas como la Malaria; también están aquellos estados o países, donde solicitan vacunación contra enfermedades virales, antes de matricular a estudiantes en colegios. Todas estas disposiciones se basan en proteger a las personas, inmunizándolas a sabiendas de lo efectiva que son estas medidas para el control de dichas enfermedades. En el caso de las vacunas contra el Covid, sabemos que las personas estarán suficientemente protegidas solo cuando tengamos inmunidad de rebaño, momento en el cual ya el pasaporte verde no tendrá utilidad. Por otro lado, no sabemos si las vacunas previenen el contagio por Covid, por lo tanto, dar mayores libertades a las personas acarreará una falsa sensación de seguridad, tanto a ellos como al resto. Por último, es probable que sea necesario revacunar frente a la emergencia de variantes resistentes, siendo necesario actualizar los pasaportes ya emitidos, lo cual será complejo.

La aplicación informática en la que se basa el pasaporte permitiría acceder a información sobre inmunidad e incluso saber si la persona se encuentra en cuarentena. Estas tecnologías no son infalibles. Errores en su actualización pueden coartar la libertad de las personas. En algunas sociedades su uso, para rastrear a los ciudadanos, ha sembrado indignación y desconfianza (caso de Singapur, en que los datos fueron compartidos con la policía para persecuciones criminales). Por otro lado, está la posibilidad de pasaportes fraudulentos o tráfico de los mismos. Personas estresadas y desesperadas podrían caer en manos de negociantes inescrupulosos.

La solicitud de estos pasaportes podría ser un nuevo factor de discriminación e inequidad por cuanto privaría a aquellos aún en fila para vacunarse, a los que tienen contraindicación de vacunas, y finalmente a los no convencidos, de acceder a bienes, servicios o traslados.

Respecto de los “no convencidos”, pensamos que puede optimizarse la educación y promoción de la vacunación y por eso hemos llevado a cabo campañas, desde el Colegio Medico Nacional y colegios regionales. Seguiremos cooperando para fortalecer el trabajo de los equipos de salud, tanto hospitalarios como en atención primaria; insistiremos en adecuar el Plan Paso a Paso a la evidencia científica y datos epidemiológicos; así también mantendremos el foco en que las personas usen mascarillas, se laven constantemente las manos, ventilen espacios cerrados y mantengan distancia física.

Como país debemos vacunar al máximo de personas, incorporando educación con pertinencia cultural para alcanzar a población migrante. Rescatando valores de solidaridad, protección a la vida, compasión y empatía, podremos aspirar a alcanzar la ansiada “inmunidad de rebaño”. Asimismo, se deben establecer pronto esfuerzos transnacionales para lograr mejorar la situación sanitaria en países vecinos. De esta pandemia, no nos salvaremos solos.

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