SEÑOR DIRECTOR:
En un mundo marcado por conflictos bélicos, el papel de nuestras universidades en la promoción de la paz es fundamental.
Durante una reciente visita al embajador de Ucrania en Chile, se subrayó la necesidad de dirigir nuestras conversaciones hacia la construcción de un futuro pacífico, en lugar de perpetuar los discursos que generan más conflicto y violencia. Este enfoque académico no solo es un catalizador para el cambio en nuestras redes globales, sino también una estrategia esencial para la adquisición de competencias globales necesarias para un mundo en paz.
Las universidades tienen el deber de inculcar valores de paz y entendimiento mutuo, e impulsar el diálogo, considerándolos competencias globales fundamentales en la formación de futuras generaciones.
Este enfoque debería ser uno de los pilares en la educación superior, preparando a los estudiantes no solo para enfrentar los desafíos técnicos, sino también para actuar como agentes de paz en cualquier escenario internacional.
Por ello, instamos a todas las instituciones educativas a reforzar en sus currículos la adquisición de estas competencias, asegurando que nuestros egresados sean promotores de un futuro pacífico. La educación para la paz no es solo una necesidad moral, sino una habilidad práctica esencial para la sostenibilidad de nuestro mundo globalizado y el bienestar de nuestras sociedades.
Lilian Ferrer
Vicerrectora de Asuntos Internacionales
Pontificia Universidad Católica de Chile
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.