Se puede más
Estamos pasando por uno de los momentos más difíciles en la historia de la humanidad. Los gobiernos están enfrentados a decisiones complejas que deben equilibrar la protección de la vida, la economía y los derechos humanos.
Para proteger la vida se necesita aplanar la curva y para eso medidas de “distanciamiento físico” que limitan la libertad de las personas. Sin embargo, la contraparte de esto es un fuerte shock económico, cuya duración dependerá de la iniciativa del Estado en estos meses.
Primero, se debe asegurar el funcionamiento de lo básico: salud, distribución de alimentos y servicios básicos (agua, luz, gas) y todos los servicios que se requieren para su funcionamiento. Hay que proteger a los(as) trabajadores(as) de estos sectores y ampliar temporalmente su contratación.
Segundo, hay que hacer todos los esfuerzos para disminuir la incertidumbre económica y recuperar la confianza político-social. Así, diversos países del mundo harán aumentos significativos de gasto público. Alemania, Francia, España e Italia entre el 15% y 20% del PIB. Dinamarca de manera audaz ha decidido “congelar la economía” financiando con gasto público el 75% de los sueldos de los trabajadores de empresas que estén en problemas económicos.
El gobierno de Chile también ha propuesto una serie de medidas; sin embargo, se necesita mucho más para proteger a los hogares. La solución para los trabajadores con contrato accediendo al seguro de cesantía implica que el primer mes reciban un 70% del sueldo, pero el segundo mes esto baja a 55% y el tercer mes a 45%. Se necesita mantener el 70% por tres meses. La propuesta para los independientes es un bono de $ 50 mil por carga familiar (equivale a la canasta básica de alimentos), pero es solo por una vez. Se necesita asegurar esto por más tiempo.
Adicionalmente, se necesitan medidas que suspendan transitoriamente el pago de cuentas básicas (luz, agua, gas, internet), y créditos hipotecarios y educativos. Algunos bancos tomaron iniciativa privada, pero hoy es momento de forzar a los privados a un bien común mayor. Es urgente proteger a los trabajadores de posibles abusos, incorporando al Código del Trabajo una cláusula transitoria que impida invocar como causal de despido caso fortuito, fuerza mayor o necesidades de la empresa.
Chile es uno de los países mejor preparados en términos económicos para enfrentar esta crisis (fondos soberanos, seguro de cesantía, baja deuda), pero no así en términos políticos y sociales. Aún estamos en medio de una crisis de legitimidad. El gobierno debe usar todos los recursos disponibles para disminuir la incertidumbre económica básica y así evitar un derrumbe político y social aún mayor. Se puede.
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