Secreto bancario
SEÑOR DIRECTOR:
Ayer se publicó una carta de Tamara Agnic respondiendo a la mía referida al secreto bancario y lo que expone es precisamente lo que se debe considerar para no prescindir en ningún caso de la autorización judicial, que personas sin nociones jurídicas o criterio definan qué afecta o no la intimidad, o más preocupante aún, que sostengan que no hay colisión de derechos, cuando es precisamente esto lo que ha aperturado el debate público.
Efectivamente, las personas y las instituciones tienen que decidir cuál es el valor superior, y ese no es otro que la dignidad humana y la afectación de la vida privada. Existen mecanismos más sofisticados que garantizan por un lado la protección de la privacidad y por otro el combate al crimen; desconocer la pugna denota la poca familiaridad con los principios constitucionales.
Jorge Gacitúa
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