Segregación urbana

SEÑOR DIRECTOR

Días antes de las movilizaciones del 18 de octubre, la conversación en la Bienal de Arquitectura en el barrio Franklin ponía énfasis en las dificultades para acceder a una vivienda en barrios bien localizados, una de las inequidades que golpean y generan descontento.

El Ministerio de Vivienda y Urbanismo trazó, mucho antes del momento que vivimos hoy, una agenda social para enfrentar este problema latente. En ella se plantea democratizar la buena ubicación de la vivienda dentro de las ciudades, revitalizando sus áreas centrales, que son las que ofrecen accesibilidad, servicios, empleo y espacios públicos. El país no puede, bajo el pretexto de resolver cuantitativamente el déficit habitacional, volver a hipotecar la calidad de vida de miles de familias.

La buena ubicación requiere de una densificación que se adapte a la realidad de cada territorio, con políticas públicas que resguarden su desarrollo equilibrado y la colaboración de todos. Las empresas deben recordar que sus edificaciones tienen un impacto social, y los vecinos tienen que procurar que éstas cumplan con estándares de calidad, pero no negarse a la construcción de nuevas viviendas en sus barrios.

La integración no se limita a construir viviendas con subsidios en comunas de altos ingresos, es llevar viviendas a las áreas centrales y pericentrales de la ciudad, con mejores espacios públicos.

Paz Serra Freire

Jefa División de Desarrollo Urbano Ministerio de Vivienda y Urbanismo