SEÑOR DIRECTOR:
Las cifras de actividad del mes de mayo fueron decepcionantes. La economía solo creció 1,1% anual, por debajo de lo esperado, mientras que sin la minería el crecimiento fue de apenas 0,2% anual. Prácticamente todo el impulso de los primeros meses del año, que estuvo favorablemente afectado por efecto calendario, incluyendo el día adicional del año bisiesto, se ha ido esfumando. Manteniendo el mismo nivel del último mes (desestacionalizado) -tal como en el pasado también hacían como ejercicio las autoridades de gobierno, aunque en meses con notorio sesgo favorable- implica que el crecimiento del año no llegaría ni al 2%, lo que refleja la necesidad de acelerar el paso.
En materia laboral, las cifras conocidas la semana pasada tampoco fueron favorables. Si bien la tasa de desempleo retrocedió dos décimas respecto trimestre móvil anterior, lo hizo por una menor participación en la fuerza laboral, no por mayor creación de empleos, que en realidad se contrajo. Y al analizar por categoría, el empleo privado cayó, lo que fue contrarrestado por empleo asalariado público, lo que no es una combinación sostenible.
En definitiva, lo cierto es que la economía no muestra signos de mayor vigor, y más allá de algunos meses buenos y otros malos, seguimos bastante estacados, con un gobierno que hace poco por empujar hacia delante, preso de una ideología que le impide tomar medidas concretas y efectivas en favor del país.
Félix Berríos Theoduloz
Economista
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