Seguridad Social (2)

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En los sistemas de pensiones uno puede distinguir tres componentes: no contributivo, contributivo y voluntario. El componente no contributivo es una pensión que no depende de los resultados laborales en la vida activa (una suma fija) y se financia con recursos fiscales de impuestos generales (no de las contribuciones). En el caso chileno, la Pensión Básica Solidaria cumple esa función, aunque está focalizada en el 60% más pobre.

En el componente contributivo hay tres aspectos diferenciadores (Ferro, 2005): (i) administrado por entidades públicas o privadas, (ii) financiamiento como "pay-as-you-go" (financiamiento intergeneracional o reparto) o "fully funded" (ahorro) y (iii) de beneficio definido (la pensión está definida previamente por ley como una tasa de reemplazo determinada) o contribución definida (la contribución o cotización está definida, no así la pensión). Los sistemas divergen entre los países en la importancia relativa de estos aspectos. Es fácil ver que en Chile el componente contributivo es privado, "fully funded"-ahorro y de contribución definida. Esto es un extremo en esa importancia relativa.

Un sistema interesante de contrastar con el chileno es el sueco de Cuentas Nocionales que parece similar al de Chile en algún sentido. Este es mayoritariamente público, de financiamiento de reparto ("pay-as-you-go"), pero con pensiones calculadas como si fueran cuentas de capitalización individual. Se cotiza obligatoriamente 16% (8% trabajador y 8% empleador) a una institución pública que distribuye las pensiones (reparto) y 2,5% a una institución pública que distribuye entre aproximadamente 800 instituciones financieras que administran estos ahorros con reglas de inversión. Las pensiones no son definidas, se calculan en función a los registros acumulados de cotizaciones en las cuentas nocionales (o cuentas de capitalización imaginarias) y son una renta vitalicia (no retiro programado). Esto hace el sistema sostenible financieramente enfrentando riesgo de envejecimiento colectivamente.

Aunque no tiene beneficios definidos, el sistema sueco, al no tener los "ahorros" de los trabajadores en el mercado de capitales (son registros), no tiene esa fuente de vulnerabilidad, redistribuyendo el riesgo entre generaciones. En un sistema como el chileno, en cambio, a una generación le puede ir muy bien, mientras a otra muy mal. Al ser "pay-as-you-go"-reparto, en el sistema sueco se pueden subsidiar los períodos de desempleo, inactividad por cuidado de niños(as), estudios en educación superior, entre otros. Esto sería imposible en un sistema como el chileno con privados administrando ahorros individuales. Además, el sistema se complementa con una pensión no contributiva universal.

Para terminar, el sistema sueco vive en Suecia, en donde hay la conocida "Coordinación o Solidaridad Escandinava" en el mercado laboral, que quiere decir negociación colectiva a nivel nacional, por rama y empresa, y que cubre a más del 90% de los trabajadores, cuando en Chile la negociación colectiva es solo por empresa y la cobertura es de 8%.

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