Si el transporte escolar rural funciona, esa educación avanza



SEÑOR DIRECTOR:

Es momento de cambiar la percepción de la ruralidad en Chile. En vez de verla como una limitación, debemos reconocer su potencial como motor de desarrollo territorial, económico y cultural. Para lograr un país más equitativo y descentralizado, la educación rural debe ser clave en la innovación y el progreso. Las escuelas rurales enfrentan baja matrícula, brechas digitales, falta de conectividad vial y escasa oferta educativa para la primera infancia. Es hora de dejar de ver la ruralidad como un problema y destacar su riqueza.

El acceso es esencial. Sin transporte escolar eficiente, las comunidades rurales ven restringido su derecho a la educación, afectando su desarrollo. En regiones como La Araucanía, con una alta concentración de escuelas rurales, la falta de soluciones de transporte refuerza el aislamiento y la desigualdad.

Proponemos fortalecer el transporte escolar como solución clave para consolidar macrocentros educativos con matrículas suficientes, diversidad social y un currículo de calidad. Garantizar un transporte adecuado no es solo logística, sino una estrategia de desarrollo nacional.

Cinco medidas concretas son:

1) Ampliar la cobertura del “fondo espejo” a jardines infantiles y salas cuna. 2) Optimizar las redes de transporte, asegurando rutas seguras y eficientes. 3) Reformar los procesos de licitación priorizando zonas aisladas. 4) Implementar subsidios para transporte particular o comunitario. 5) Crear una mesa técnica público-privada para una estrategia sostenible.

Si asumimos la ruralidad como una oportunidad, construiremos un país más cohesionado, con equidad territorial y verdadera igualdad de oportunidades. La educación rural no es una carga, es clave para el futuro de Chile.

Rosita Puga, Paula Pinedo

Fundación Educa Araucanía

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