Si vas para Chile
SEÑOR DIRECTOR:
El anuncio del subsecretario del Interior, Luis Cordero, sobre la “regularización acotada” para 180 mil migrantes empadronados plantea dudas sobre el cambio en política migratoria. En Demócratas creemos que la migración debe beneficiar a Chile, regulando a quienes aportan sin ceder un centímetro ante la delincuencia ni el descontrol migratorio.
La experiencia internacional enseña qué evitar. En 2005, España formalizó a 700.000 personas, pero el “efecto llamada” aumentó la migración irregular, y la falta de seguimiento los llevó de nuevo a la informalidad. La regularización en Francia, en 1997, con más de 80 mil beneficiarios, falló por falta de control fronterizo, aumentando las entradas irregulares y dejando a miles en la precariedad.
En Chile, los procesos de regularización de 1998, 2007, 2018 y 2021 mostraron que, sin requisitos estrictos, apoyo y control fronterizo militar (como lo planteamos hace dos años), una regularización masiva agrava el problema e incrementa la incertidumbre.
No debemos repetir errores del pasado. Cualquier plan de regularización necesita:
1- Requisitos estrictos. Residencia continua de más de cinco años, vínculos formales y ausencia de antecedentes penales en Chile y el extranjero, separando a quienes aportan de quienes delinquen.
2- Control fronterizo. Incluir al Ejército para disuadir el “efecto llamada”, con tecnología, cooperación internacional, empadronamiento obligatorio y expulsión para infractores.
3- Supervisión continua. Integrar solo a quienes cumplan, con seguimiento de obligaciones y renovación de permisos si mantienen condiciones.
Chile tiene un desafío pendiente en seguridad y migración. Venir al país no es un derecho gratuito, sino que se gana aportando. Podemos seguir siendo un país de oportunidades, pero “si vas para Chile”, vas a cumplir nuestras reglas.
Ximena Rincón