Simce 2024: el valor de la información oportuna

El adelanto de los resultados del desempeño escolar por segundo año consecutivo es un paso positivo que ayuda a tomar decisiones a tiempo, pero los datos deben estar disponibles para toda la comunidad educativa, incluyendo las familias.
Por segundo año consecutivo, la Agencia de Calidad de la Educación logró adelantar la entrega de los resultados del Simce al inicio del año escolar. Este hecho no solo es un avance de gestión fiscal, sino que también proporciona información clave para que las diversas comunidades educativas tomen decisiones informadas. Más aún, los datos de este año refuerzan la relevancia de este acceso oportuno: los equipos directivos que utilizan activamente los resultados del Simce han logrado mejoras significativas en el desempeño estudiantil, con aumentos de hasta 10 puntos en Matemáticas y 6 en Lectura en la enseñanza media. En un escenario donde los desafíos educativos persisten, este hallazgo subraya la importancia de aprovechar la evidencia para fortalecer el aprendizaje.
Uno de los resultados más destacados del Simce 2024 se observa en cuarto básico, donde los estudiantes lograron un aumento promedio de 5 puntos en matemáticas y 6 en lectura, alcanzando los puntajes más altos desde 2002. Este avance se refleja en prácticamente todos los niveles socioeconómicos, lo que representa una señal alentadora. Sin embargo, persisten brechas preocupantes: el progreso en el rendimiento de las niñas fue menor que el de los niños.
Los resultados en sexto básico, sin embargo, son motivo de preocupación. Los estudiantes que iniciaron su educación escolar durante la pandemia registraron una caída de 6 puntos en Matemáticas, alcanzando el nivel más bajo de la serie (245 puntos), mientras que en Lectura se mantuvieron estancados en 249 puntos. A este pobre desempeño se suma el ensanchamiento de las brechas de género.
Por otro lado, en segundo medio, los resultados se han mantenido estables en comparación con mediciones anteriores. No obstante, esta aparente estabilidad esconde una realidad alarmante: la mitad de los estudiantes están en el nivel insuficiente de los estándares de aprendizaje. ¿Cómo enfrentarán la educación superior o el mundo laboral si su formación es deficitaria? Es importante destacar que no solo estamos hablando de cifras; estamos hablando de generaciones que están viendo comprometido su futuro.
Otro aspecto preocupante es el clima escolar. Un 64% de los estudiantes reportó haber sido víctima de problemas de convivencia, y se ha comprobado que la exposición a violencia puede reducir el rendimiento entre 5 y 19 puntos, según el nivel y la asignatura. Este fenómeno, que ha ido en aumento desde 2012, se ha visto agravado por la pandemia. Los datos refuerzan la urgencia de implementar políticas focalizadas, con un énfasis en fortalecer el clima escolar para generar entornos más seguros, inclusivos y participativos.
En todo este contexto, la Agencia de Calidad de la Educación enfrenta un desafío clave: garantizar que los datos sean accesibles y útiles para las comunidades educativas, incluyendo las familias. El mensaje que deja el Simce 2024 es claro: la información oportuna es una herramienta poderosa para mejorar la educación. Pero, no basta con conocer los datos; es crucial convertirlos en acciones concretas. Garantizar una educación de calidad y equitativa, según estos mismos resultados, exige al Mineduc un plan de reactivación robusto que revierta las preocupantes tendencias en sexto básico y segundo medio. Al mismo tiempo, cualquier estrategia orientada a la equidad debe priorizar la reinserción y permanencia de los estudiantes. Es momento de transformar estos valiosos datos en acción.
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