SEÑOR DIRECTOR:
Las acusaciones constitucionales contra la ministra Vivanco, sin entrar en su mérito, dan cuenta de los siguientes síntomas de la política chilena:
1. Incapacidad para ponerse de acuerdo, incluso en aquello que busca un mismo fin. Lo anterior es evidente al existir dos acusaciones y no una contra la ministra, siendo que los hechos son los mismos y habría consenso transversal entre parlamentarios de izquierda y derecha para aprobar su acusación.
2. Necesidad de figuración. Para los parlamentarios no solo fue relevante qué facción política ingresaba la acusación, sino que también hubo una carrera por quién la ingresaba primero. Para rematar, incluso si la ministra renunciara antes a su cargo, varios han adelantado que tramitarían la acusación hasta el final. Todo sea por mayor exposición.
3. Despilfarro de recursos públicos. El revisar dos acusaciones que versan sobre lo mismo es una pérdida de tiempo y recursos que bien podrían utilizarse en otros tantos temas que apremian al país.
Francisco Alcaíno Madrid
Abogado
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