Solitarios

Vistas Santiago
Foto: Andrés Pérez


Una ciudad es un lugar de encuentro, de proximidad. Sin embargo, los datos del Censo 2024 nos muestran que, además de envejecidos y con menos hijos, los chilenos nos estamos volviendo solitarios. Vivimos en ciudades, pero solos.

En 1992, el 8,3% de los hogares chilenos era unipersonal; en 2024, el 21,8%. Hay regiones donde ese número es mayor, como Magallanes, Valparaíso o Aysén, con casi 27%. En Providencia, los hogares unipersonales llegan al 38,95%, en la comuna de Santiago, al 41%. Y cuando vivimos acompañados, ese grupo disminuye su tamaño: en 1992 había 4 personas por hogar, hoy únicamente 2,8. El País en 2024 habla de una epidemia de soledad en Chile, con énfasis en adultos jóvenes y mayores: un estudio de la UC en 2023 aclara que el 32% de estos últimos no tiene amigos.

No somos los únicos: Vancouver se considera la ciudad más solitaria del mundo, seguida por Estocolmo y Tokio. Japón creó el Ministerio de la Soledad y el Aislamiento, lo mismo que el Reino Unido. En EE.UU. la ciudad con mayor número de personas viviendo solas es Washington, con 48%, y casi el 30% de los norteamericanos están en esa condición. Hay consecuencias en la salud, y varios estudios correlacionan soledad con mayor riesgo de depresión. El World Economic Forum indica que, mientras que la contaminación, la obesidad o el alcohol excesivo incrementan el riesgo de muerte en 6%, 23% y 37% respectivamente, la soledad es responsable de aumentos de hasta el 45%. Además de la soledad, el fenómeno de hogares unipersonales supone mayor consumo de energía (55% más en Reino Unido, según The Guardian), y de gas (61% más), si se compara con hogares de cuatro personas. Aumenta la carga en el presupuesto, ya que los gastos no pueden dividirse. Barcelona hace pública su “Estrategia municipal contra la soledad”, con recomendaciones que nuestras autoridades deberían conocer (y aplicar).

¿Qué pueden hacer nuestras ciudades para mejorar esto? El “urbanismo relacional” explora los efectos de ellas en la socialización. Los barrios con centros comunales, gimnasios y espacios verdes aumentan las probabilidades de establecer lazos, así como el transporte activo (peatonal, bicicleta). Lo mismo habitar en conjuntos urbanos de densidad media y espacios comunes. Según Bloomberg, debemos reducir la compra a través de delivery y reemplazarla por comercio “de fricción” (cafés, locales de pequeña escala barrial). Eliminar tiempo en redes sociales, volver a la presencialidad y frecuentar grupos que reúnan personas con intereses comunes (artísticos, deportivos, etc). Recuperar el “small talk”, las conversaciones al pasar con extraños, y pensar en espacios que lo fomenten. La seguridad es esencial.

Los chilenos envejecemos sin hijos, con pocos amigos, solos. Hay un nuevo Chile que no hemos terminado de comprender, y las ciudades que imaginamos en el pasado ya no son aptas para lo que se viene. Como dijo Georg Simmel en 1903, “en ninguna parte se está tan solitario y perdido como en la multitud metropolitana”.

Por Ricardo Abuauad, decano Campus Creativo UNAB y profesor UC

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