Tecnologías y protestas ciudadanas
En las últimas semanas hemos visto manifestaciones y protestas ciudadanas multitudinarias en nuestro país que, según diversos análisis sociológicos de dicho proceso, tienen un denominador común: un profundo reclamo por las desigualdades y los abusos.
Desde diversas áreas del conocimiento se han planteado ideas para resolver la crisis, en particular desde la economía, buscando diversos mecanismos que reduzcan ese abuso.
Hace unos días pensaba desde el espacio de mis competencias, esto es, ¿las Políticas Públicas Digitales tienen algo que decir en todo esto?
Si bien la solución de estas demandas de la ciudadanía son procesos que van a requerir del diseño de ambiciosas y profundas políticas públicas, y que al menos sus elementos centrales están en otras áreas, en mi opinión, las tecnologías digitales pueden ser una herramienta que ayude a apalancar dichos procesos.
Me atrevo a señalar tres áreas, no son las únicas, por cierto, en las cuales estas herramientas pueden ser un aporte sustantivo a quienes deben liderar y llevar adelante este proceso de cambio.
Digitalización del Estado. Un ejemplo claro de abuso es no contar con servicios públicos eficientes y de calidad, lo cual se ve reflejado, en muchos casos, en largas colas, procesos y trámites que toman tiempos excesivos, así como la falta de un nivel de servicio adecuado. Las TI's son una pieza fundamental para que esos servicios públicos se modernicen. La Transformación Digital del Estado es una urgencia que no puede esperar, no sólo por razones de eficiencia -ya trámites digitales tienen costos por transacción que van entre 10 y 30 veces menos que los de corte presencial-, sino también por acceso, tiempo necesario para realizar un trámite presencial, así como los costos del traslado (como lo han demostrado diversos estudios).
Datos Abiertos. Otra forma de reducir los abusos es profundizar la política de datos abiertos y el acceso a la información que reside en poder del Estado, lo cual en muchas ocasiones es bastante tortuoso; desde las declaraciones de interés y patrimonio de las autoridades y plataformas de lobby, pasando por el acceso al gasto presupuestario y de contrataciones públicas, entre muchos otros. Si bien nuestro Estado ha avanzado bastante en este ámbito en los últimos años, tenemos aún grandes desafíos, partiendo por que la disponibilidad de la información en poder del Estado cumpla con los principios de los datos abiertos.
Participación ciudadana. Una de las demandas más sentidas en estas movilizaciones es la de contar con mayores espacios de participación por parte de los ciudadanos. Las TI entregan hoy una serie de herramientas para lograr esto en forma más simple y con menor costo. Basta recordar una de las primeras iniciativas del gobierno inglés, con su plataforma e-Petitions, que ha permitido promover iniciativas de ley que surgen desde la ciudadanía.
Si bien la participación ciudadana, en muchos casos, se debe ejercer en forma presencial, las herramientas tecnológicas permiten potenciar esos procesos, teniendo en consideración los cuidados necesarios respecto de seguridad, sesgo y representatividad. Existen varios ejemplos de estas plataformas, entre ellas, la Decidim en Barcelona, España (https://www.decidim.barcelona), el sitio web Tu Constitución (www.tuconstitucion.cl), de la Fundación Democracia y Desarrollo que data de 2015, o más recientemente el sitio Chilecracia.org.
Como se aprecia, las Políticas Públicas Digitales pueden ser un aporte para reducir los abusos asociados a interactuar con el Estado. Es de esperar que, en estos momentos de reflexión, sean incorporadas en el diseño de las soluciones que necesitamos.
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