Templanza ante el desaliento



SEÑOR DIRECTOR:

El brutal triple homicidio de carabineros en Cañete es descorazonador, y sus responsables deben ser rápidamente identificados y sometidos a un proceso penal que logre acreditar su participación punible, imponiendo las altísimas condenas que hoy nuestro ordenamiento contempla para estos casos.

Sin embargo, igual de desesperanzador es el aprovechamiento político -en año de elecciones- de un hecho así de fatídico. Lo ocurrido no legitima cualquier respuesta, ni permite dar avance irreflexivo a todo proyecto o medida simbólica que esté actualmente en tramitación en el Congreso. Mucho menos supone un fundamento válido para promover amnistías masivas a otros funcionarios de carabineros que actuaron de manera contraria a su deber profesional, vulnerando garantías de aquellas personas a las que por mandato constitucional deben proteger. Tampoco es un argumento plausible para impedir que la fiscalía investigue al general director de Carabineros, ni para blindar políticamente a nadie. El “cerrar filas”, “apoyar irrestrictamente” y otros equivalentes, no ayudan a Carabineros de Chile como institución, ni nos vuelven un país más seguro. Toda policía medianamente seria debe ser adecuadamente fiscalizada, sus dirigentes controlados y supervisados, y sus desviaciones de poder investigadas y sancionadas, sin que ello pueda verse afectado por hechos tan brutales o lamentables como el ocurrido en Cañete.

Nada de ello implica afectar ni denostar el muy buen trabajo que realiza la inmensa mayoría de carabineros en condiciones complejas, sino justamente relevar ese buen trabajo como aquel que es socialmente deseable.

Ante el desaliento, es hora de la templanza. Hay que dejar que las instituciones funcionen, y llamar a la unidad desde todo sector político.

Agustín Walker M.

Abogado

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