¡Téngase presente!
Por Juan Carvajal, periodista y ex director de la Secom
En cinco días más tendrá lugar el segundo evento electoral más importante de este medio siglo, después del SÍ o el NO de 1988. El plebiscito del domingo decidirá mucho más de lo que se publica o lo que se piensa, porque estos comicios se llevarán a efecto en un país polarizado y en un contexto social en el que ya no existen consensos básicos, donde buena parte de la llamada clase media se ha empobrecido, donde las élites económicas se niegan a cambios que puedan afectarlos y las mayorías sociales no están dispuestas a seguir aceptando el actual cuadro de desigualdad vigente.
Para nadie debiera ser desconocido que los gérmenes de violencia se vienen incubando hace décadas por una creciente marginación, abusos y falta de oportunidades que han llegado a un punto crítico. En Chile, esa gran clase media que mostraba orgullosa su movilidad social y que sentía que había progresado en la escala social, se ha empobrecido a márgenes preocupantes.
Esa fue la base de lo que estalló en octubre de 2019 en todo el país y la esencia de lo que motivó que el domingo recién pasado se diera una jornada de conmemoración con una potente ciudadanía en las calles. Movilización que fue empañada por violentos sucesos que no se justifican y que requieren un total repudio ciudadano. Especialmente porque en Chile costó sangre, sudor y demasiadas lágrimas, recuperar la democracia.
Un reciente informe que entregó el Centro de Estudios y Encuestas Longitudinales de la Universidad Católica revela que en los quintiles de ingresos 3 y 4 -que caen en el rango de sueldos de lo que entendemos como clase media- se reporta una caída de un 57,6% en los últimos 12 meses. Agreguemos que el diagnóstico quedó claro hace un año; la gente sentía rabia por tanta injusticia y así lo expresó en las calles. Sin embargo, nada de fondo cambió en estos 12 meses.
El histórico “Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución”, concordado por prácticamente todas las fuerzas políticas en noviembre de 2019, se concretó luego de más de 15 horas de intensas conversaciones entre parlamentarios del oficialismo y representantes de partidos de oposición, a excepción del PC. Ese día se sancionó un compromiso transversal y se diseñó un camino institucional para superar la grave crisis que vivía el país. Este domingo 18 de octubre, unas 100 mil personas reinstalaron el mensaje de “no olvidar” los meses en que miles de personas salían diariamente a protestar, sin conducción partidaria, sin estrategia, pero con una ira acumulada en contra de los políticos, de los privilegios de unos pocos y con desconfianza de cualquier poder institucional.
Cuando, a escasos días de esa primera piedra, se debe dar comienzo a un proceso que siente las bases de un Estado tolerante, participativo, diverso y -por sobre todo- integrador, es fundamental tener en cuenta ese “téngase presente”. El país requiere cambios urgentes y este domingo comenzará ese camino institucional, que es la única y mejor forma de aislar y derrotar la violencia irracional en democracia.
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