Tiempo de convivencia

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SEÑOR DIRECTOR:

Recientemente, Marko Bremer criticó las políticas de aula segura y las expulsiones escolares, calificándolas de evasivas más que soluciones.

Esto refleja un desconocimiento palpable de la realidad escolar. En primer lugar, Aula Segura exige un largo procedimiento para llegar, en último término y agotadas todas las instancias, a la expulsión. Segundo, el informe de la Defensoría de la Niñez muestra que los expulsados corresponden a uno por cada 1.370 estudiantes, un número bajo para la violencia que hemos visto en algunos colegios del país. Si bien el ideal es fomentar programas efectivos de convivencia y crear ambientes sanos, la pregunta persiste: ¿qué hacemos ante la violencia y agresiones graves? Cuidar a la comunidad educativa es una obligación de los directivos y, aunque la expulsión es un último recurso, a veces es indispensable. La justicia ya ha fallado en contra de algún director que “no hizo lo suficiente” por proteger a sus estudiantes agredidos.

A convivir se aprende, como bien dice el Sr. Bremer, pero no es cierto que sea solo responsabilidad del sistema educativo lograrlo. Se pueden implementar soluciones que resguarden los derechos de todos, con programas de recuperación, reinserción y acompañamiento que acojan a los alumnos expulsados, sin poner en riesgo y permitiendo el aprendizaje de los demás.

José Luis Velasco

Presidente Aseduch

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