Todo o nada
SEÑOR DIRECTOR
Es de esperar que los últimos acontecimientos terminen por demostrar que el ascenso de Pamela Jiles no es ninguna anomalía política: es un claro signo de los tiempos que vivimos. Pamela Jiles ofende y maltrata a periodistas en un matinal y ellos le ríen la gracia; presenta mociones inconstitucionales y el Tribunal Constitucional la refrenda. Ya es hora de tomarnos en serio su figura: no es ninguna apestada, es una política lista y los vientos soplan a su favor. Este es un “aviso a navegantes” que tenemos que contemplar, sobre todo, quienes estamos en las antípodas de sus ideas y métodos.
Juan L. Lagos
Fundación para el Progreso