Tragedias que no se pueden repetir

SEÑOR DIRECTOR:

El hallazgo de los cuerpos de la familia Bibas, brutalmente asesinada por Hamas, estremece al mundo. Kfir, de 10 meses; Ariel, de 4 años; y sus padres, Shiri y Yarden, eran ciudadanos argentinos. Fueron secuestrados el 7 de octubre en el ataque terrorista. Durante meses se esperó su regreso, hasta que Hamas anunció su asesinato. Recién el miércoles sus restos fueron enterrados, mientras el único sobreviviente, Yarden, enfrenta el horror de perder a su familia.

Las imágenes de Shiri con sus bebés en brazos, arrastrada por sus captores, recorrieron el mundo. Una madre protegiendo a sus hijos, un padre soñando su futuro, dos niños con toda la vida por delante. Su asesinato demuestra la crueldad de Hamas, que perpetra crímenes atroces, utiliza civiles como escudos y adoctrina en el odio. Elie Wiesel advirtió que despojar a un hombre de su humanidad es asesinar la esencia de lo humano.

Desde la OEA trabajamos contra esta amenaza. La adopción de la definición de antisemitismo de la IHRA es un avance, pero la impunidad y la radicalización siguen extendiendo su sombra. Como decía Levinas, la ética nace en el rostro del prójimo, pero el fanatismo lo convierte en una sombra a erradicar. Este crimen resuena en nuestra región. La diáspora judía y la doble nacionalidad de muchos israelíes refuerzan nuestros lazos y la urgencia de actuar.

A solo horas del entierro de los Bibas, no solo honramos su memoria, también reafirmamos nuestro compromiso con la verdad, la justicia y la humanidad. La historia prueba que el antisemitismo nunca es un problema aislado: donde florece el odio, la violencia avanza. Impedir que estas tragedias se repitan es responsabilidad de todos.

Fernando Lottenberg

Comisionado para el Monitoreo y la Lucha contra el Antisemitismo

Organización de los Estados Americanos