SEÑOR DIRECTOR:
En la edición del 4 de agosto, su diario publicó una columna de Pablo Ortúzar en que se hace un paralelo y se pretende atribuir continuidad entre la figura de Salvador Allende y el actual Presidente de Venezuela. Nada más alejado de los hechos.
El Presidente Allende es valorado y reconocido no solo por el pueblo chileno, sino que en todo el mundo por haber buscado siempre alcanzar la justicia social a través de la democracia. Se podrán hacer mil críticas a su gobierno, pero ninguna que pueda controvertir su respeto inalterable a los mecanismos electorales, al adversario político, la libertad de prensa y los derechos fundamentales. A nivel global, Allende está junto a Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela, quienes como él se empeñaron en transformar el mundo para mejor por medios pacíficos.
El intento persistente de ciertos sectores conservadores de disminuir la relevancia histórica de Salvador Allende no esconde más que su pretensión de eliminar las ideas progresistas en Chile -esta vez, afortunadamente, solo a través de las palabras- sin un debate honesto, sino que por la vía indirecta de descalificar nuestra historia. No deja de ser una ironía que quienes lo hagan sean herederos políticos e ideológicos de la dictadura de Pinochet.
Hagan lo que hagan, no lograrán empañar la trayectoria limpia de un líder que es, con mucho, el chileno más importante del siglo XX.
Paulina Vodanovic
Presidenta PS Chile
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