Un Banco Central a tono con los tiempos
Por Alejandra Sepúlveda, presidenta ejecutiva de ComunidadMujer
En su reciente Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central de Chile incluyó de manera inédita un acápite sobre participación laboral femenina. Destacó cómo este grupo ha sido el más golpeado por la crisis socioeconómica y la pérdida del empleo en pandemia; es el más rezagado en cuanto a recuperación de puestos de trabajo y, a la vez, uno de los más relevantes para el proceso de reactivación.
Hasta aquí un diagnóstico conocido. La novedad es que ahora lo dice la autoridad monetaria al analizar las perspectivas del país, entregando una señal clave para los tomadores de decisiones, las políticas públicas y las del mundo corporativo.
A pesar del optimismo del Banco al realizar las estimaciones del PIB tendencial, el mensaje es claro: se necesitan acciones focalizadas para traer de regreso a las mujeres al trabajo y recuperar la década perdida en participación laboral, debido a la mayor necesidad de cuidado familiar, por las prolongadas cuarentenas y la suspensión de clases presenciales en los últimos 15 meses.
El organismo encargado de producir las Cuentas Nacionales va más allá. Se la juega estimando que durante el 2020 la participación del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado (TDCNR) en el PIB se habría incrementado de un 21% (pre pandemia) al 26%. El presidente del organismo reconoció ante el Congreso que el Banco Central se inspiró para hacer el cálculo en nuestro estudio “Cuánto aportamos al PIB” (2020), pionero en estimar a escala nacional (con base en ENUT 2015) que el aporte al PIB del TDCNR era de un 22%. Cifras de esta magnitud, que superan el aporte de cualquier otra actividad económica, dan cuenta del gran punto ciego que han tenido quienes comandan la macro y microeconomía… hasta ahora.
El anuncio del Banco de realizar la primera Cuenta Satélite de Hogares es una muy buena noticia. Permitirá levantar periódicamente información sobre el uso del tiempo de mujeres y hombres, dar continuidad a los cálculos y reconocer institucionalmente el aporte que hace el TDCNR a la sociedad y al funcionamiento de la economía. Un ejercicio “fuera de la caja”, indispensable para afinar políticas de corresponsabilidad parental y social de los cuidados, sin las cuales no lograremos converger a las tasas de participación laboral de mujeres de la OCDE (69,7% en el tramo de 25 a 64 años) en el largo plazo, como espera el organismo.
La corresponsabilidad debe tener su expresión inmediata en la reforma al Código del Trabajo que habilite la esperada sala cuna universal, cuyo avance depende de la iniciativa del Ejecutivo. El mundo privado también debe incluirla en sus políticas y acciones organizacionales internas y es de esperar que la Convención Constitucional también aborde esta importante demanda vinculada con la igualdad de género sustantiva y la expansión de la protección social. Es bueno, por tanto, que la autoridad monetaria se haya puesto a tono con este debate.
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