Un instante de belleza

violencia contra la mujer

Chile es el país que se atrevió este año a ser el primero en el mundo en decidir escribir una Constitución paritaria, haciendo historia y reconociendo que todas las personas son igualmente necesarias y capaces para construir un país más justo.



Transmitir en pocas palabras la inmensidad de este 2020 no es fácil cuando hay tantos sentimientos y dolores que esta pandemia ha esparcido, con vidas terminadas antes de tiempo y familias que han caído en la pobreza, donde las ollas comunes volvieron a ser protagonistas, con un nivel de pérdida de trabajos que alcanzó los dos millones de personas y una década de avance en empleos de mujeres destruida en sólo los dos primeros meses de Covid-19.

Pero la Navidad es un momento de paz, de alegría, donde debemos tener y transmitir esperanzas; es un instante necesario para mostrar belleza. Porque Chile es un país maravilloso en su geografía y en su gente. Nuestro país es esas miles de personas que sacaron fuerzas de la destrucción; esas mujeres que emprendieron al ver sus trabajos destruidos demostrando una capacidad de empuje y de creatividad enormes.

Chile es esas madres y padres que intentaron enseñar sin ser profesores; esas mujeres que se vieron agobiadas con tanta carga en sus casas, pero que no desistieron y esos hombres que aprovecharon de enriquecer sus vínculos familiares en una pandemia que los devolvió a sus hogares.

Chile es los profesores y las profesoras que se adaptaron de un momento a otro a una forma de enseñar a través de una pantalla, intentado estimular a sus alumnos y alumnas, desplegando humor y alegría. Es esas enfermeras, enfermeros, doctores y todos quienes en el sistema de salud estuvieron siempre en primera línea replegando su propia vida por la de los demás.

Nuestro país son las y los líderes de empresas pequeñas, medianas y grandes que hicieron esfuerzos extraordinarios para conservar los trabajos de las personas.

Chile es el que en marzo fue capaz de ponerse de acuerdo y aprobar la ley de trabajo a distancia y teletrabajo; es el país que entregó la licencia parental Covid-19 para cuidar los trabajos de las madres y sobre todo, la salud de los niños y las niñas. Y que intentó evitar más destrucciones de empleos con una ley que los protegiera y con un subsidio a la contratación con enfoque de género.

Chile es el país que se atrevió este año a ser el primero en el mundo en decidir escribir una Constitución paritaria, haciendo historia y reconociendo que todas las personas son igualmente necesarias y capaces para construir un país más justo. Es el que el 25 de octubre se levantó en paz y optó en democracia por una nueva Constitución, irrumpiendo con la participación ciudadana más alta desde el voto voluntario, desafiando con responsabilidad la pandemia.

Estos son momentos también de deseos de año nuevo. Y el mío es que tomemos conciencia de la urgencia de sacar adelante el proyecto de ley de sala cuna para madres o padres trabajadores. Y que se logre de forma transversal aprobarlo, demostrando nuestros legisladores capacidad de acuerdo por un bien social tan importante y determinante.

Si en marzo se termina la ley de protección de empleo, no podemos tener a esa fecha leyes que encarecen la contratación de mujeres, que estimulan sus despidos y que favorecen la informalidad, como el actual artículo 203 del Código del Trabajo. Que nuestros representes nos den como regalo una nueva ley de sala cuna, con un marco solidario que reconozca y valore la maternidad y paternidad en la esfera laboral y genere las condiciones para acceder a trabajos en igualdad de oportunidades y condiciones.

-La autora es presidenta de ChileMujeres

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