Un libro que hace justicia

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Ignacio Walker acaba de publicar el ensayo “Pasión por lo posible. Aylwin, la transición y la Concertación” (Ediciones U. Diego Portales), que aporta valiosos elementos de juicio sobre la forma en que Chile dejó atrás la dictadura, transitó hacia la democracia y progresó durante los 20 años de la Concertación. Para ello, se apoya en datos de primera mano, ya que colaboró en la campaña del NO, trabajó luego en el gobierno del Presidente Aylwin y, más tarde, fue diputado, canciller, senador y presidente de la DC.

Con acopio de antecedentes, Walker describe el proceso que permitió que las fuerzas antidictatoriales visualizaran en 1986/87 la posibilidad de conseguir el cambio político por una vía pacífica, perspectiva en la que resalta la visión de Aylwin y Boeninger, quienes junto a Lagos y otros líderes del socialismo democrático, supieron hacer política realista y, con ello, provocaron un viraje histórico. El libro asocia el camino de la centroizquierda con la noción de “reformismo posibilista”, del economista estadounidense Albert O. Hirschman. En rigor, allí está el núcleo de la opción que buscó que nuestro país transitara hacia la democracia sin nuevos desgarramientos, por una vía que favoreciera el reencuentro nacional y abriera una etapa de progreso.

El libro hace justicia a los inmensos avances conseguidos por los gobiernos de Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet, cuya labor permitió reducir la pobreza como nunca antes, crear posibilidades para el surgimiento de una vasta clase media, mejorar las condiciones materiales de existencia de la mayoría, aumentar la expectativa de vida, etc. Nada de eso cayó del cielo. Fue el resultado del “crecimiento con equidad”, el lema que sintetizó la articulación de la economía de mercado con las políticas de inclusión social. Walker demuestra que Chile progresó de una manera específica, lo cual, desgraciadamente, no es claro para mucha gente. En octubre pasado, varios exitosos actores del cine y la TV, que se han beneficiado del apoyo estatal a la producción cinematográfica, repitieron la bobería de que “no son 30 pesos, sino 30 años”. Y las inepcias que se repiten, lamentablemente, algo dejan.

Luego de leer a Walker, es forzoso preguntar qué pasó con aquella centroizquierda que gobernó con lucidez y sentido nacional, y que fue capaz de llevar a Chile al umbral del desarrollo. Sucede que ni la DC, ni el PS, ni el PR ni el PPD encontrarán en su propia historia ningún período más productivo que el de su participación en los gobiernos concertacionistas. Hoy, sin embargo, sus líderes andan pidiendo disculpas, intimidados por las consignas populistas y las furias de la calle, deseosos de congraciarse con los jóvenes ligeros de equipaje que dicen que van a refundar el país.

Walker expresa su esperanza de que, frente a las enormes exigencias de hoy, puedan confluir amplias fuerzas comprometidas con la democracia, el rechazo a la violencia y el progreso. Apoyamos su esperanza.