Columna de María José Torres y Roberto Valent: Un llamado urgente: revitalizar la Agenda de Desarrollo Sostenible
Nuestra aspiración más grande como humanidad es alcanzar un desarrollo sostenible para el año 2030, pero lamentablemente, este sueño se encuentra en peligro.
Es urgente acelerar la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 en América Latina y el Caribe, así como el logro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), teniendo en cuenta que esta agenda es tanto un plan de desarrollo como un compromiso con los derechos humanos.
La Agenda 2030, establecida en 2015 por 193 países, representa nuestra hoja de ruta para garantizar una vida digna para todas las personas, promover una sociedad equitativa, inclusiva y pacífica, fomentar la prosperidad y cuidar de nuestro planeta. A pesar de contar con los conocimientos, los recursos y la tecnología necesarios para lograr estos ideales, avanzamos a un ritmo insuficiente para alcanzarlos.
A medida que nos aproximamos a la fecha intermedia hacia el 2030, se requiere un esfuerzo sin precedentes por parte de todos los gobiernos para revitalizar y acelerar la implementación de los ODS. La Cumbre de los ODS en Nueva York, 18 y 19 de septiembre, ofrece una oportunidad crucial para elevar la ambición y traducirla en acción concreta.
Nos encontramos en un momento de múltiples crisis concatenadas y prolongadas en el tiempo que tienen graves repercusiones en las personas, la sociedad y el medio ambiente. Las señales de alarma ya han sonado: inestabilidad económica, la pandemia, conflictos en diversas regiones, movimientos migratorios crecientes, crisis humanitarias, aumento de la pobreza, eventos climáticos destructivos y pérdida acelerada de biodiversidad, entre otros. Estas crisis han impactado negativamente el avance de los 17 ODS y sus 169 metas, especialmente en América Latina y el Caribe, donde se ha retrocedido en un alarmante 27% de las metas.
Estamos en una encrucijada, pero aún tenemos la oportunidad de corregir el rumbo. Los compromisos de los países deben ser más ambiciosos y urgentes. En la Cumbre de los ODS, se espera que los estados presenten planes creíbles y con sentido de urgencia para rescatar la Agenda 2030. Para lograr un impacto real, los presupuestos nacionales y la movilización de recursos a nivel local, incluyendo al sector privado, tienen que responder a estas áreas críticas de aceleración.
Chile está a punto de presentar a la Asamblea General una serie de compromisos de aceleración de manera coherente con la Estrategia de Implementación de la Agenda 2030 lanzada por el gobierno y entregada a la Secretaria-General Adjunta de la ONU, Sra Amina Mohamed, en su reciente visita al país.
Los temas de aceleración en Chile tienen un referente en Informe Nacional Voluntario que se presentó al Foro de Alto Nivel del ECOSOC en junio, y que contó en su preparación con el acompañamiento de ONU Chile y del sector privado vía Pacto Global. La implementación acelerada de la agenda de desarrollo sostenible tiene un aspecto que requiere especial atención si queremos reducir brechas, es una agenda basada en alianzas de todos los actores, incluyendo el sector privado, la sociedad civil, la academia y la comunidad científica.
El Sistema de Naciones Unidas ha identificado seis transformaciones necesarias para avanzar la agendar: fortalecer los sistemas de protección social, garantizar el trabajo decente, transformar la educación, impulsar la digitalización, promover el acceso a energías limpias, reformar los sistemas alimentarios para mejorar la salud y el bienestar, y abordar de manera efectiva el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. La propuesta de Chile a la Asamblea General está articulada sobre estos temas y presenta programas específicos en lo que el país va a hacer un esfuerzo de aceleración.
Los equipos de Naciones Unidas, presentes en los 40 países y territorios de América Latina y el Caribe, están comprometidos en apoyar a los estados y la sociedad en general para hacer realidad estas transformaciones. ONU Chile ha organizado su plan de trabajo para 2023-2024 para responder de manera efectiva a estas áreas de aceleración que serán presentadas por Chile en Nueva York.
Nuestro futuro común está en juego, y tenemos un plazo de siete años para rectificar el rumbo. Los riesgos de no alcanzar los ODS son dramáticos, y por eso necesitamos un aumento significativo en la ambición y la acción. Las generaciones futuras nos juzgarán por las decisiones que tomemos hoy, y no podemos permitirnos decepcionarlas. Debemos actuar con determinación para lograr un futuro más sostenible y justo.
Por María José Torres, Coordinadora Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Chile, y Roberto Valent, director regional para América Latina y el Caribe de la Oficina de Coordinación para el Desarrollo de Naciones Unidas
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