Una gran oportunidad para Chile
Por Carlos Ominami, economista
Con su declaración sobre la necesidad de postergar la elección de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el ministro Allamand tuvo un buen comienzo (LT, 7/8). Lo que importa ahora es que su gestión tenga un buen final. Concretamente, que la elección se postergue para marzo del próximo año, cuando sea posible una discusión a fondo sobre la forma de enfrentar los desafíos que impone la crisis y el papel que debe jugar el banco.
La propuesta de aplazar la elección es de total sentido común. Zoom no es el espacio más propicio para una discusión a fondo. Asimismo, es conveniente que se conozca el futuro gobierno de los EE.UU., actor clave para viabilizar la imprescindible recapitalización del banco. Se requiere también de tiempo para que los gobiernos de la región evalúen con rigor sus nuevas necesidades pospandemia y, más allá de sus diferencias ideológicas, se esfuercen en encontrar una solución que mantenga la sana tradición de una presidencia latinoamericana.
Mauricio Claver-Carone, el candidato norteamericano, ha reaccionado con especial virulencia frente a la posibilidad del aplazamiento. No ha puesto aquí por delante ni los intereses del BID, ni los de la región, ni de los propios EE.UU. Solo ha considerado los suyos propios y de paso, con sus descalificaciones ha confirmado que adolece de las mínimas capacidades de persuasión y construcción de acuerdos exigibles para conducir una institución como el BID.
El Canciller Allamand tiene aquí una buena posibilidad para que Chile, después de un cúmulo de abandonos, desaciertos y renuncias, pueda jugar un papel constructivo en la búsqueda de una salida al conflicto planteado. A estas alturas, no basta con declararse partidario del aplazamiento. Hay que manifestar de manera nítida que no existen las condiciones necesarias para proceder a la elección de un nuevo presidente y para ello la vía es una sola: no dar quórum. Entre Argentina, Chile, México, Perú, cuatro de las seis principales economías de la región, más Costa Rica, suman cerca de un 25% sin el cual no es posible proceder a la elección. Frente a una manifestación de este tipo es altamente probable que al menos España, Francia y Alemania se sumen a esta posición conforme lo propuso formalmente Joseph Borrell, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores.
Faltan solo tres semanas para la realización de la nueva Asamblea del BID. Las presiones sobre nuestros países se intensificarán. Los malos modos de la administración Trump y de Claver-Carone son conocidos. No escatiman el chantaje y las amenazas. Pero, lo que está en cuestión no es la relación con los EE.UU. sino con su gobierno, uno de los peores de su historia, que ojalá tenga sus días contados. Esperar el resultado de la elección en los EE.UU. es una muestra de respeto a la democracia norteamericana y es también cuestión de eficacia para el futuro del BID y de… dignidad latinoamericana.
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